Jesús
quiso decir que debía hacer las obras que el Padre le ordeno, mientras Él tenga
libertad. A ese tiempo lo llamo día.
Pero también advirtió que viene el tiempo en que será apresado, cuando Satanás controle a las autoridades en Jerusalén, entonces no
podrá hacer el bien. A ese tiempo lo llamo noche, oscuridad.
Juan 9:5 “Mientras estoy en el mundo, Yo
soy la luz del mundo”
Jesús
dijo que es la luz de mundo, porque sus
actos y enseñanzas permiten ver el amor compasivo de Dios, además dan vida. Por
otro lado, sin la historia de Jesús, el mundo quedaría oscuro, ignorante de la
obra del Padre, y los hombres sin la
posibilidad de resucitar y vivir eternamente; es decir, quedarían esclavos del
pecado y del sepulcro.
Juan 9:6 “Después que dijo esto, escupió en
la tierra e hizo barro con la saliva, y extendió el barro en los ojos del
ciego”
Sin
que le pida el ciego que le cure, Jesús se inclinó para escupir en la tierra, la mezclo con Sus
dedos, e hizo barro, después se paró, y
puso en los ojos del ciego. Así, además
de revelar que Dios no manda la enfermedad, más bien la
cura, también señalo que al emplear
remedios naturales, o cualquier remedio, hay que tener presente que el poder que siempre nace del Padre es el
que vence la enfermedad.
Juan 9:7 “Y le dijo: Ve y lávate en la
piscina de Siloe (que se traduce: Enviado) Entonces el ciego se fue, se lavó y
regreso viendo”
El
barro es curativo, sin embargo nadie sabía que sirva para curar la ceguera de nacimiento,
no obstante Jesús lo uso, como otras veces toco a los enfermos, o simplemente
ordeno que sean sanos. Por otro lado, para
el ciego fue significativo que Jesús le envió a lavarse en el piscina llamada
“Enviado” para referirse al Mesías, pero cuando recupero la vista, fue tanta su
alegría que no se preocupó por saber
quién era Jesús.
Juan 9: 8-9 “Entonces los vecinos y los que
le habían visto que era ciego decían ¿No es este el que mendigaba sentado? Él
es decían unos, otros decían: es parecido. Él decía yo soy”
El
que Jesús curo caminaba por las calles de Jerusalén y despertaba en los que le conocían,
en algunos la curiosidad, y en otros la admiración, pero todos se resistían a creer que el que había
sido ciego, ahora veía. A pesar de esto, para todos
era evidente que había ocurrido un milagro. El ciego gozoso confirmaba
que había sido objeto de una curación sobrenatural.
Juan 9:11 “Él les contesto: El hombre que
se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos, y me dijo: ve al estanque de
Siloe y lávate. Así que fui, me lave y recibí
la vista”
Cuando
algunos judíos le preguntaron cómo recupero la vista, el ex ciego repitió lo
que hizo Jesús. El solo dijo que Jesús hizo el
barro, lo puso en sus ojos, y le mando que se los lave, para enfatizar que después recibió la vista,
donde Jesús no estaba para dársela,
porque pensaba que los judíos objetarían el milagro que hizo Jesús.
Juan 9:13-14 “Le llevaron ante los fariseos
al que antes había sido ciego, porque era sábado, cuando Jesús hizo el barro y
le abrió los ojos”
Los
judíos estaban preocupados porque Jesús había roto el sábado al hacer el barro.
Esta norma y otras habían establecido
los fariseos, con el fin de que protejan al mandamiento. Estas normas tenían la
importancia de las restricciones del sábado, es decir era penado romperlas. El
legalismo de los judíos les separo de la
misericordia, por esto no sabían que la misericordia esta sobre el mandamiento.
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