sábado, 4 de abril de 2015

207 Dios es Amor

Juan 9:4 “Yo debo hacer las obras del que Me envió, mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar”

Jesús quiso decir que debía hacer las obras que el Padre le ordeno, mientras Él tenga libertad. A ese tiempo lo llamo día.  Pero también advirtió que viene el tiempo en que será  apresado, cuando Satanás controle a  las autoridades en Jerusalén, entonces no podrá hacer el bien. A ese tiempo lo llamo noche, oscuridad.
Juan 9:5 “Mientras estoy en el mundo, Yo soy la luz del mundo”

Jesús dijo que  es la luz de mundo, porque sus actos y enseñanzas permiten ver el amor compasivo de Dios, además dan vida. Por otro lado, sin la historia de Jesús, el mundo quedaría oscuro, ignorante de la obra del Padre,  y los hombres sin la posibilidad de resucitar y vivir eternamente; es decir, quedarían esclavos del pecado y del sepulcro.
Juan 9:6 “Después que dijo esto, escupió en la tierra e hizo barro con la saliva, y extendió el barro en los ojos del ciego”

Sin que le pida el ciego que le cure, Jesús se inclinó  para escupir en la tierra, la mezclo con Sus dedos, e hizo  barro, después se paró, y puso en los ojos del ciego.  Así, además de  revelar que  Dios no manda la enfermedad, más bien la cura, también señalo que al  emplear remedios naturales, o cualquier remedio, hay que tener presente  que el poder que siempre nace del Padre es el que vence la enfermedad.    
Juan 9:7 “Y le dijo: Ve y lávate en la piscina de Siloe (que se traduce: Enviado) Entonces el ciego se fue, se lavó y regreso viendo”

El barro es curativo, sin embargo nadie sabía  que sirva para curar la ceguera de nacimiento, no obstante Jesús lo uso, como otras veces toco a los enfermos, o simplemente ordeno que sean  sanos. Por otro lado, para el ciego fue significativo que Jesús le envió a lavarse en el piscina llamada “Enviado” para referirse al Mesías, pero cuando recupero la vista, fue tanta su alegría  que no se preocupó por saber quién  era Jesús.
Juan 9: 8-9 “Entonces los vecinos y los que le habían visto que era ciego decían ¿No es este el que mendigaba sentado? Él es decían unos, otros decían: es parecido. Él decía yo soy”

El que Jesús curo caminaba por las calles de Jerusalén y despertaba en los que le conocían, en algunos la curiosidad, y en otros la admiración, pero  todos se resistían a creer que el que había sido ciego, ahora veía. A pesar de esto,  para todos  era evidente que había ocurrido un milagro. El ciego gozoso confirmaba que había sido objeto de una curación sobrenatural.
Juan 9:11 “Él les contesto: El hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos, y me dijo: ve al estanque de Siloe y lávate. Así que fui, me  lave y recibí la vista”

Cuando algunos judíos le preguntaron cómo recupero la vista, el ex ciego repitió lo que hizo  Jesús. El solo dijo que Jesús  hizo  el barro, lo puso en sus ojos, y le mando que se los lave,  para enfatizar que después recibió la vista, donde Jesús no estaba  para dársela, porque pensaba que los judíos objetarían el milagro que hizo Jesús.
Juan 9:13-14 “Le llevaron ante los fariseos al que antes había sido ciego, porque era sábado, cuando Jesús hizo el barro y le abrió los ojos”

Los judíos estaban preocupados porque Jesús había roto el sábado al hacer el barro. Esta norma y otras  habían establecido los fariseos, con el fin de que protejan al mandamiento. Estas normas tenían la importancia de las restricciones del sábado, es decir era penado romperlas. El legalismo de los judíos les  separo de la misericordia, por esto no sabían que la misericordia esta sobre el mandamiento.

 

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