Para los judíos la fe en Jesús consistía en recibir sus
enseñanzas, reconocer Sus milagros, y
aceptar Su origen divino. Esta fe
era difícil porque un judío estaba saturado de las enseñanzas rabínicas, además
conocían el origen humano de Él. Pero para nosotros esto es historia, además
que El resucito, por lo tanto es más fácil tener fe ahora que en ese tiempo. Pero
en ambos casos de fe el Espíritu trae el amor divino al creyente.
Juan 7:39 “Pues se refería
al Espíritu que habían de recibir los que tenían fe, porque el Espíritu Santo
todavía no había sido dado, ya que Jesús no había sido glorificado”
Juan el escritor de este evangelio explica el significado de
lo que Jesús grito en el último
día de la fiesta, diciendo que los que aceptaron las enseñanzas de Jesús no
habían recibido el Espíritu de vida, porque El aún no había resucitado y subido
al cielo para enviarle a los hombres. Esta promesa empezó a cumplirla después de su resurrección, y la
completo en el pentecostés, 50 días después de esta.
Juan 7:40, 41
“Entonces algunos de la multitud escuchando esto decían: Verdaderamente Este es
el Profeta. Otros decían Este es el Cristo”
Los judíos que habían venido a la fiesta al oír las palabras
de Jesús fueron impresionados y creyeron que Él era el profeta prometido. La
razón por la que dijeron esto es que Dios les ofreció a los israelitas un
profeta como Moisés, con el
objeto que ellos acojan todas sus
enseñanzas. Este profeta era el Mesías, por eso otros de la multitud dijeron:
es el Cristo.
Juan 7:46 “Los
guardias respondieron: Nunca un hombre ha hablado como este hombre habla”
Las enseñanzas de Jesús llegaron a lo más íntimo de los que
le prestaron atención. Los guardias
estaban atentos a lo que Él decía para
que los dirigentes religiosos, que les enviaron, tengan de que acusarle. Ellos
regresaron a relatar lo que oyeron y dijeron: Jamás alguien ha hablado como Jesús.
Posiblemente cuando El murió algunos de los guardias sintieron Su misericordia
y llegaron a tener fe en el Salvador.
Juan 8:3-4 “Los
escribas y fariseos trajeron una mujer sorprendida en adulterio… y le dijeron a
Jesús: Esta mujer ha sido sorprendida en el acto de adulterio”
Estos dirigentes religiosos estaban celosos y envidiosos de Jesús
por la impresión de Sus enseñanzas en los judíos que habían venido a la fiesta,
e intentaron condenarle, haciendo ver
que El no cumplía la ley de Moisés; para esto hicieron arreglos para atrapar en
un lecho prohibido a una adultera, conocida por ellos, y llevarla a Jesús, porque
sabían que El por darle Su misericordia,
repudiaría la ley.
Juan 8:5,6 “Moisés,
en la ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Entonces ¿Que dices Tú?
Esto decían para hacer caer a Jesús, para tener de que acusarle”
Esos religiosos le
recordaron a Jesús que la ley de Moisés manda matar apedreadas a las adulteras,
con el fin que El de una opinión
contraria al dictamen de la ley. Pero no trajeron al hombre que encontraron con esa mujer, por
esta razón omitieron que la ley condena tanto al hombre como a
la mujer adúlteros, a morir
apedreados.
Juan 8:7 “Como insistían
en preguntarle, se paró y les dijo: El que de ustedes este sin pecado sea el primero en tirarle una piedra”
Jesús no les contesto cuando le preguntaron sobre el
apedreamiento a las adulteras, por esto le presionaban que responda, entonces
el Maestro les dijo que el que sea inocente de adulterio apedree a esa mujer. De este modo el Señor la
protegió de morir lapidada, tampoco se fue contra la ley. Este es un ejemplo de
como Jesús defiende a los pecadores, aunque sean culpables de los pecados más graves.
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