Luc 24:47 “Y basándose en Su
nombre, se predique el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas
las naciones...”
Jesús cargo nuestros
pecados y murió, así gano el perdón de los pecados para todos y cada uno de los hombres. Por
otro lado, la parálisis mental humana para lo de Dios es total, pero también gracias al sacrificio de Jesús, el Espíritu
Santo despierta el interés y da entendimiento al hombre para apreciar la obra
de Jesús en la cruz, o sea se arrepienta , y sea perdonado.
Mateo 26:28 “Porque esto es mi
sangre, la del nuevo pacto, que es derramada para perdón de los pecados de
muchos”
Dios salva al hombre siguiendo el nuevo pacto, o convenio. Según
este la obediencia de Jesús hasta la
cruz es la obediencia para todo hombre. Así
mismo, tan pronto El murió fueron perdonados los pecados de la humanidad. Así
que ya hemos sido perdonados de nuestros pecados. Y el perdón llega a ser una
realidad personal al tener en la mente la
historia de la muerte de Jesús.
Colosenses
113-14 “Él nos liberó del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino de su
amado Hijo, quien pago el precio del rescate: El perdón de nuestros pecados”
El
perdón divino tiene una importancia suprema, porque nos pone en comunión con el
Padre. El influencia continuamente para
que fluyan en nuestra mente pensamientos de la historia del
sacrificio de Jesús, al
mismo tiempo la malignidad de nuestros pensamientos queda descubierta, entonces el mal pierde su dominio de la conciencia.
Colosenses
2:13 “Ustedes estaban muertos en los delitos, pecados, y en la incircuncision, sin embargo les dio la vida cuando El
resucito, habiéndoles perdonados los pecados”
Antes
de aceptar el perdón el hombre no puede entender que su relación con el Padre
no puede basarse en su obediencia, porque fracasa; pero cuando presta
atención a la historia de Jesús, recibe
el perdón, y gracias a Su resurrección le
da la vida espiritual, o sea, le da el Espíritu
Santo, Quien le aclara que el Padre cimenta en la obediencia de Su Hijo, su relación con
él.
Romanos 4:5
“Mas al que no se afana, sino que tiene fe en El que justifica al impío, su fe
se cuenta como justicia”
Dios
es muy claro en avisar al hombre que no necesita esforzarse para ser
justificado, es decir para que sus pecados sean perdonados, sino tan solo
necesita tenerle fe, es decir aceptar en su mente la historia del sacrificio
de Jesús.
Lucas 23:34
“Entonces Jesús dijo: Padre perdónales porque no saben que hacen...”
Mientras
Jesús sufría los terribles dolores de los clavos en sus manos y pies pidió
perdón para sus verdugos, porque estaba pagando
el precio del perdón para ellos. Así mismo, la petición de Jesús revela que el
Padre también perdono todo pecado de la humanidad, gracias a Su sacrificio.
Colosenses
3:13 “...perdonándose unos a otros...como Cristo les perdono a ustedes...”
El
efecto del perdón divino en los sentimientos es inmediato, y es como un bálsamo que acaba con
el dolor y el resentimiento que causan las ofensas y las injurias. Se
empieza a ver a los ofensores con
misericordia, y hasta simpatía, al punto de pedir a Dios por ellos.
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