lunes, 3 de febrero de 2014

147. Dios es Amor: Su Misericordia


Salmo 25:10

“Todos los caminos de Yahveh son misericordiosos  y leales para los que guardan su pacto y sus testimonios”

 

Dios ayuda a todo necesitado,  pero su misericordia es especial para el que presta atención tanto al sacrificio de Jesús, como al papel de los 10 mandamientos.

Los mandamientos   Dios puso en todos, para testificarles que no pueden obedecerle a Dios.

En otras palabras Dios derrama Su ayuda especial, en toda ocasión, pero no al justo, sino al que es consciente de sus debilidades.  Como Jesús dijo : Luc.  18:13-14 “El publicano a distancia, sin siquiera alzar sus ojos, se golpeaba el pecho, diciendo: Oh Dios. Ten misericordia de mí, pecador. Les digo que este fue a su casa justificado...” 

 

Salmo 25:8

“Bueno y recto es Yahveh, debido a esto les instruye a los pecadores el camino”

 

El camino de  Dios es ayudar al necesitado, y Él quiere hacerles partícipes de  Su misericordia a los pecadores. Esto es, quiere  que los que se reconocen débiles, caminen

Con El, o sea que se fijen en cualquier persona en necesidad para socorrerle, con humildad.

Al respecto Jesus dijo: Luc 10:30,33,34 “un hombre cayo en manos de salteadores,

Quienes le desnudaron, le golpearon y se fueron…un samaritano…se acerco, y al verlo

fue movido a misericordia…le lavo las heridas con vino, y le puso aceite y las vendo, le puso en su propia cabalgadura, le llevo a una pension y le cuido.”

 

Salmo 138:8

“Yahveh tu eterna misericordia complétala para mi bien ¡Oh Yahveh!  No te desanimes de  la obra de tus manos”

 

La obra de Dios en el débil pecador es pasarle de una existencia que tan solo gira alrededor de si, a una vida de equilibrio entre el amor así mismo y el socorro abnegado a los necesitados. Esta obra nunca le fatiga a Yahveh.

El alcanza este propósito abriéndole los ojos para que vea la incesante  misericordia que le derrama, y de este modo,  cuando vea un necesitado moverle a ser misericordioso.

 

Salmo 33:18

¡Presten atención! Los ojos de Yahveh están fijos en los que le toman seriamente; en los que esperan su misericordia”

 

Una de las mejores cosas que le pueden ocurrir a una persona es esperar la ayuda de Dios, porque la atención del Altísimo esta puesta en El, para atender sus necesidades.

En otras palabras, lo que Yahveh espera  es que los humanos le tomen en serio, o sea  que crean que Él es Amor.

 Pero el amor si no se expresa ha fracasado, más bien dicho, Dios no puede existir si no tiene en quien derramar su amor. Por esto las personas  que esperan Su misericordia son muy valiosas para El; y  Él  está pendiente para volcar su amor en ellos, en forma de misericordia.

 

Salmo 107:43

“Quien es inteligente observa esto, y discierne la misericordia de Yahveh”

 

Pasan los días sin reflexión en lo que ocurrió, por eso a muchos es extraña la misericordia de Dios.

Pero si al fin de un  día repasan lo que han vivido, aprenderán a descartar la  suerte, y distinguirán  la Presencia de Dios en las misericordias que han recibido. Entonces sus vidas han cambiado, porque  sienten que el Altísimo les cobija.

 

Oseas 6:6

“La misericordia me deleita, mas no los sacrificios.  El conocimiento de Dios, mas no los holocaustos”

 

Estas palabras aplicadas al presente indican que la vida piadosa, virtuosa no agrada al Padre, a menos que vaya acompañada de la ayuda abnegada a los necesitados. Tampoco le agrada  a Dios el fervor por hablar lo que uno cree saber de la Biblia, si no va de la mano de la misericordia.

Porque Dios goza siempre que un pecador ayuda al que está en  necesidad; ya que se  ha hecho como Sus  manos, es decir,  al ayudar al necesitado le ha dado la misericordia que viene de Dios, porque Él es el origen de toda misericordia.

 

Salmo 33:5

“(aunque) El ama la rectitud y la justicia (sin embargo) la tierra está llena de Su misericordia.”

 

Vemos  actos y palabras,  calumnias, abusos, y muchas cosas que perjudican a otros.

Dios aborrece estas cosas, sin embargo la mayor parte de los días de los que hacen el mal transcurren con normalidad, resultado de Su misericordia.

Podemos ver en Jesús, en la cruz, el desagrado del Padre al mal y al mismo tiempo Su misericordia derramada en  los malos. Quien, a pesar, que nunca peco, se apropió de los pecados de la humanidad y murió, y con su muerte nos lavó de los pecados, para que vivamos para prestar atención a los necesitados, para socorrerles.

 

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