lunes, 9 de diciembre de 2013

Dios es Amor: Dios es Verdad


Éxodo 34:6
“Y Yave paso delante de él exclamando: ¡Yave!, ¡Yave!,! ¡Dios compasivo y clemente,  lento para la ira, y  grande en misericordia y verdad!”

Dios se describió así mismo, ante Moisés, como compasivo, lento para la ira, y que hace mucha misericordia, además  que es grande en verdad.
Pero la palabra hebrea “emeth”, traducida en este versículo “verdad”,  también  significa:  “fiel”, “leal”, “estable”, “seguro”, “firme”, “sincero”; así que Dios derrama su amor siendo leal, fiel, sincero, firme con la persona sensible a Su amor.
En otras palabras, Dios les ama con lealtad a los que tienen una relación de fe con El, porque Dios es como un esposo  fiel para el creyente.

Jeremías 10:10
“Yave, es Dios verdadero, es el Dios viviente y Rey eterno…”

Con estas palabras el profeta hace un contraste abismal entre Yave, Dios con vida y los falsos dioses que pueden ser obra de un artífice.
Le describe como Dios “emeth”, verdadero, leal. La palabra hebrea “emeth”  señala que hay   un vínculo fuerte  entre Dios  y el que es   sensible y valora  Su amor.
Gracias a esta unión, el Padre puede dirigir y proteger a esa  persona a lo largo de sus días

Salmo 40:11
“Yave no retengas de mi tu compasión. También tu misericordia y lealtad me guarden siempre”

Aquí el creyente clama a Yave para que  Su amor  fluya como el agua en un arroyo.
Sin embargo hay que tener presente que el amor divino no puede ser detenido, para almacenarlo, porque siempre debe ser compartido.
En otras palabras, si usted quiere que Dios no le detenga Su misericordia, lealtad, y perdón,  tan pronto tenga este deseo, empiece a tener misericordia, a ser leal y a perdonar a otros.
Este es el secreto del amor del Padre.

Salmo 25:5
“Hágame caminar en su fidelidad, y enséneme, porque usted es  Dios mi salvador…”

La lealtad es una virtud cuya fuente no está en el humano, porque se origina en el amor Divino.
Por este motivo el salmista le pide a Dios que le haga consciente de Su sinceridad,  para aprender a ser leal; a fin de  que sus acciones y palabras reflejen su lealtad a Dios, tanto en su  familia, como en las relaciones de trabajo y sociales.
Dios le ensena a ser fiel, leal, sincero a todo el que  salva del poder del pecado.

Salmo 26:3
“Porque Su compasión es evidente  a mis ojos, por eso sigo el camino de la lealtad.”

El salmista era conocedor de la compasión divina, por esto podía  ser leal y sincero con todos. 
Por otro lado, la compasión es una de las formas del amor de Dios.
El mejor ejemplo de la compasión divina es que el Verbo, el Creador se hizo un hombre, Jesús, con nuestras debilidades y tentaciones.
Y antes de ser clavado en una cruz se apropió de nuestros pecados, y murió.
Murió y  lavo nuestra consciencia, en sí mismo, para sensibilizar nuestra memoria, emociones, sentimientos, afectos  para que podamos ser sinceros y leales.

Salmo 69:13
“Mi plegaria a usted, Yave, ahora  que soy aceptado: Dios mío, por su abundante misericordia escúcheme y sálveme con su lealtad.”

Jesús hizo propias las palabras de este salmo  cuando sufrió los tormentos de la cruz.
Él estaba seguro que gracias a su sacrificio era acogido favorablemente por el Padre, a pesar que se sintió separado de Él; fruto de nuestros  pecados, que llevo en su cuerpo.
Es decir,  Jesús le pide al Padre que le una a Él  con el nexo de su lealtad, para soportar el mal que cargaba, no obstante que  el Padre si estaba ligado a Él. Gracias a esa unión pudo salvarnos en su muerte

Génesis 12: 1-3
“Le dijo Yave a Abram: Sal de tu tierra, de tu familia, de la casa de tu padre, a la tierra que veras… Y bendeciré a quienes te bendigan, maldeciré a los que te maldigan…”

Dios le hablo a Abram, cuando no tenía hijos, y  era idolatra, y le pidió que abandone su casa, a cambio de  tierra, descendencia, y de Su lealtad inquebrantable.
Con estas promesas Dios le llevo lejos para ensenarle a tener fe  y para que conozca  Su amor, especialmente Su lealtad.
Una de las tantas veces que Dios mostro su sinceridad a Abram fue cuando el entrego a Sara al Faraón, para salvarse, mintiendo  que era su hermana, cuando en realidad era su esposa.
Dios fue leal  a Abram, a pesar que el mintió,  y le  mando castigos al Faraón para que sepa que  tenía a la esposa del patriarca, Su protegido. Asustado el gobernante dejo ir a Sara, y le dio riquezas a Abram para que abandone el país.

Salmo 119:160
“La suma de Tu Palabra es verdad. También eterno y justo es todo acto de Tu gobierno.”

Lo principal  de la Palabra de Dios es que se transforma en lo que dice, por esto es la verdad. Así la Palabra fue dicha: “Sea la luz”, y la luz apareció. Y la luz  es para el bien de  las criaturas, por esto, la Palabra es fiel, leal.
Él dijo: "Dios ama al mundo de esta manera, ¡Dio a su Hijo único, para que todo el que tenga fe en El, no se pierda, sino tenga vida eterna!”
O sea, cuando oye la historia de Jesús; penetra en su mente esta Palabra  y se transforma en lo que dice. Es decir entra en su mente el amor del Padre, y usted empieza a ser misericordioso, bondadoso, leal.

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