lunes, 23 de diciembre de 2013

142. Dios es Amor: Su Compasion.

Exo 34:6
“Paso Yave por delante de Moisés proclamando; ¡Yave! ¡Yave! Dios, compasivo, lleno de gracia, paciente para la ira, con mucha misericordia y lealtad”

La palabra “compasivo” es traducida del hebreo “rachum” y es un adjetivo. Es decir que rachum (la compasión) es parte de Dios, como el Hígado es parte de cada uno de nosotros. De manera que no podríamos vivir sin el Hígado, así El Padre tampoco  podría existir sin ser compasivo. .
Día a día vivimos de alguna forma de compasión, y aunque sabemos que Dios es la fuente absoluta de la compasión, sin embargo, Dios, en este tema y en otros, tiene mala reputación entre nosotros, pero solo hasta que pensemos  en el sacrificio de Jesús.

Jonás 4:2
“Jonás oro a Yave diciendo: Yave ¿no era esto lo que ya decía, estando aun en mi tierra? Por eso hui a Tarsis, porque sabía que Tu eres Dios clemente, compasivo, lento para la ira,  grande en misericordia. Y te detienes para castigar al malo.”

La historia de Jonás ilustra el significado de  ser compasivo- “rachum”.
Dios le envió al profeta Jonás a Nínive, para condenar la maldad de sus moradores, y anúnciales su destrucción.
Pero Jonás huyo de Dios en un barco. En alta mar se desato una tormenta. Cuando el profeta pidió a la tripulación que le arroje al mar,   ceso el castigo. Al caer al agua, un pez grande trago al profeta y allí se arrepintió. Después el pez le arrojo a la playa.
Nuevamente  Dios le envió,  a esa ciudad. Y los habitantes de Nínive al oír a Jonás se  arrepintieron, y Dios vio el dolor de ellos y les suspendió el castigo.
Jonás se sintió mal, porque lo que el profetizo no se cumplió. Entonces, enojado le explico a Dios que huyo, porque sabía que Él es compasivo, es decir que  sentiría mucho dolor por los de Nínive, y que si hacían penitencia no les destruiría.

Génesis 49:25
“El Dios de tu Padre te ayudara.
El Todopoderoso te bendecirá con bendiciones, de arriba, de los cielos, y las extenderá abajo,  con bendiciones de los pechos  compasivos”

La compasión es la esencia de las virtudes  del Padre, y se deja ver  en acciones para bien se sus criaturas.
Según este verso, los actos compasivos de Dios son de una ternura tal, que se los compara al amor de una madre que da el pecho  a su guagua hambriento.
Siempre,  Dios se compadece de todas Sus criaturas en necesidad,  perdidas, y es como el padre, en la parábola de hijo prodigo.

1 Reyes 3:26
“Y la mujer de quien era el hijo vivo fue conmovida su compasión por su hijo,  dijo al rey, estremecida: Señor da el niño vivo a esta, para que no muera.
Pero la otra mujer dijo: ¡No! ¡Partidlo!”

Dos rameras dieron a luz  en un mismo cuarto. Y uno de los niños apenas nació, murió. Fueron al rey, y  la madre del  muerto mintió,  diciendo que la otra cambio su niño muerto por el vivo, mientras ella dormía.
Entonces  Salomón sentencio que el niño vivo sea partido con una espada, para que cada una tenga la mitad.
Al oír la sentencia, la verdadera madre, fue sacudida en su interior por la compasión a su niño, y prefirió perderle antes que verle morir.
La compasión se origina en Dios, por eso, cuando  la compartió con la madre del vivo, ella sintió una profunda lastima  por su hijito, en peligro de muerte, y decidió cederle a la falsa madre. 
La compasión de esta madre es una muestra de la compasión del Padre por nosotros pecadores.

Salmo 51:1        
"Deme su amor  !Oh Dios! y derrame la  multitud de Sus misericordias, y Su  tierno amor maternal, para que  borre mis rebeliones” 

 David se dirigió a Dios con estas palabras, después  que el profeta Natán le hizo recordar su adulterio con Betsabe, y del asesinato al esposo de ella, porque  estaba seguro que si sus graves pecados no podía borrar el amor divino, entonces Dios dejaría de existir.
El amor divino fluye en forma de misericordia y  de tierna compasión al que reconoce, como David, sus pecados.
Dios es el mismo por la eternidad; por eso ahora, si confesamos  nuestros pecados, aunque sean como grana, son borrados en el sacrificio de amor de Jesús.

Salmo 103:13
“Como el amor del padre es afectivo con sus  hijos.  Así la compasión de Dios es tierna  con los que le respetan”

El afecto natural de los padres a sus hijos, es una muestra del tierno amor de Dios  a los que le toman en serio.
Así como los rayos de  luz necesitan impactar en objetos para revelarse, también  la compasión del Padre  necesita personas que presten atención para cubrirles.
Aunque muchas veces los padres muestran dureza y frialdad a sus hijos, al contrario el amor de Dios es inmutable, siempre es tierno y esperando ser derramado en los que le oyen.

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