viernes, 12 de julio de 2013

123. Salmo 88

 Apreciado lector, estas lecciones no son para que usted tenga  información  de los temas que se tratan, sino que van más allá, son  para que llegue a tener fe,  por lo tanto,  le recomiendo que no las lea de una vez, sino que cada día  lea un poco, después  piense en lo que  leyó, y  complete la lectura en una semana, con el único propósito de que entienda mejor los versículos citados en este estudio, ya que la fe empieza al comprender los versículos relacionados con la muerte de Jesús.  
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Los salmos que apuntan al Mesías, se pueden clasificar en dos grupos, 1. Los que se refieren exclusivamente  al Mesías, y 2. Los que detallan  alguna experiencia de David, con el fin de revelar al Mesías, porque David es una de las figuras de Él.
El salmo 88 pertenece al primer grupo.

Salmo 88:1-2:
“YHVH Elohim Mi Salvación: En esta ocasión  te pido ayuda en mi sufrimiento.
Va ante tu presencia  mi oración.
Inclina tu oído a mi lamento”

Las horas que el Señor paso crucificado  fueron de oración. En este salmo su oración fue para  describirle  al Padre  su lamentable  condición.  Y se dirige a Dios  llamándole  por su Nombre: YHVH. También le reconoce que es su Dios, además le dice que El Padre es la salvación de la terrible circunstancia que atraviesa; sin embargo hay tener en cuenta que para Yeshua la salvación  no era que Dios , en alguna forma le salve de la cruz, sino que le fortalezca para morir, a fin de destruir en si la humanidad pecadora,  para dar lugar a la nueva humanidad, en su resurrección.
El Mesías demostro fe y  confianza en que el Padre atendía sus palabras,  también tenía la seguridad de que mediante ellas estaba ante el Altísimo, por esto le dice que entra en Su Presencia con su oración. Así mismo  le reitera la petición que le preste  toda atención.

Salmo 88:3-5
“Mi condición es lamentable porque mi persona está colmada de maldad y  porque mi vida está en contacto con el sepulcro. Es decir  ya soy considerado entre los que descienden al sepulcro. No obstante, sé  que me falta esta prueba para llegar a ser el hombre fuerte.
Pero cuando muera seré libre,  como uno que ha sido herido, y  que solo  descansa de sus dolores en el sepulcro, aunque  los que le  mataron no recuerden  que con sus manos le acabaron”

El Mesías le indica al Padre que la primera causa de su tragedia es que está lleno  de la maldad que Satanás puso en Adán cuando cayó,  y  esta corrupción  paso a toda su descendencia, también le toco a él.  Aún más,  le   indico al Padre que  está  lleno de todos los pecados cometidos por  los seres humanos, porque  bebió la copa con las desobediencias, rebeliones, iniquidades de la humanidad.
Sigue Yeshua  y dice al Padre, que por esta razón el pertenece al reino de la muerte.
Sin embargo  le aclara que la experiencia de la muerte  es imprescindible para llegar a ser el hombre fuerte. Se entiende mejor lo que quiso decir, al recordar lo que está en .Marcos 3:27 “Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear sus bienes, a menos que primero ate al fuerte, entonces podrá saquear su casa” Hay que tener  presente que el fuerte es satanás, y su casa es el sepulcro. Así que solo  el más fuerte que satanás puede entrar en su casa,  para saquear sus bienes. El más fuerte es Yeshua gracias a que sufrió la muerte sin dejar de hacer la voluntad de su Padre,  y  al abandonar  la tumba salió victorioso sobre el maligno.
Por otro lado, el Señor ve su muerte, como una liberación de su sufrimiento, y la compara  a  la libertad  de uno que ha sufrido una agresión fatal, muy dolorosa, y que cuando muere descansa en la tumba  de sus dolores, aunque a sus agresores sus conciencias no les acusen del asesinato.

Salmo 88:6-8
“Me colocaran en un hueco y estaré bajo la autoridad de la oscuridad terrible.
 Sobre mi gravita tu ira, parecida a  las olas que se levantan para caer con fuerza.
 Alejas de mi a los que conozco, porque debo caer bajo autoridad abominable. Allí estaré encerrado ya que  es prohibido salir del sepulcro.”

Sigue el Señor con el análisis de su situación y le dice al Padre, que aunque la muerte puede libertarle de sus sufrimientos y dolor, sin embargo su libertad será temporal, porque en el sepulcro estará bajo la autoridad del maligno, a la que describe como tinieblas espantosas.
 En este punto el Mesías le reconoce al Padre que su indignación contra el pecado y los  pecados cae sobre él, como olas enfurecidas.
Yeshua también le comenta a Dios, que ha quedado abandonado de sus discípulos porque entrara en la tumba, donde satanás ejerce su  autoridad total. Así mismo  le comenta que el sepulcro es como una cárcel de la que no hay como salir.

Salmo 88: 9-12
“Mi vista languidece por el sufrimiento.   Todo el tiempo te  clamo  YHVH, y  hacia ti extiendo  mis palmas.
¿Harás milagros a los muertos; como si el espíritu de los muertos podría levantarse para reconocer lo que has hecho? O, ¿Se contara en la tumba de tu amor y de tu fe, siendo el lugar de la destrucción?
¿Serán reconocidas en la oscuridad tus maravillas y tu justicia en la tierra del olvido?”

El Mesías le reitera al Padre que  en El  confía,  y  solo en El derrama sus más íntimos pensamientos en continua oración, mientras agoniza en  la cruz.
Luego mediante estas preguntas Yeshua afirma que  Dios hace nada por los muertos porque el sepulcro no es para conocer la misericordia, la justicia y la  fe del Padre, ya  que la tumba no es la esfera de Su reino, sino es el ámbito del reino de satanás, por eso los cuerpos se destruyen corrompiéndose.

Salmo 88: 13-18
“Yo te he pedido ayuda YHVH;  al amanecer mi oración ha ido a encontrarte. ¿Entonces porque YHVH rechazas mi alma y escondes tu presencia de mí?
Yo estoy afligido, me acerco a la muerte siendo todavía joven, además sufro pánico. Estoy desconcertado. Siento que sobre mí se mueven la ira y los terrores de Dios,  para exterminarme,  me rodean como  agua, o sea continuamente  la ira y el terror divino me atacan juntos.
Retiraste lejos el amor de mis discípulos, para que experimente  las tinieblas del sepulcro.”

Con estas palabras Yeshua repite el mismo pensamiento que lanzo  desde la cruz, cuando dijo: Dios mío porque me has abandonado. Porque  cuando estaba  crucificado se sintió lejos de la presencia del Padre, es decir no veía su amor derramarse en él,  como misericordia, consuelo, bondad, sostén. Se nota que el Señor sintió todos los matices  del sufrimiento humano, es decir sintió dolores intensos, pánico, terror, una inmensa depresión, sus facultades mentales confundidas, rechazado de Dios, y objeto de su ira. También cuando estaba crucificado le hizo falta el cariño de sus discípulos, de su solidaridad, con el objeto  que teniéndose como  abandonado del Padre y de sus discípulos encare la muerte.
Al leer este salmo con detenimiento, se empieza a valorar lo que Yeshua les dijo a sus discípulos Juan 15:13”Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”   

1 comentario:

  1. La mayor tristeza con esperanza de la resurrección viva... Maravillosa comprensión del estudio, como satanás se apropia de las almas por completo al llegar estas a la tumba, gracias a Dios por Jesucristo que cargo con el pecado de toda la humanidad y se levantó victorioso de la tumba, siendo el la primicia cuenta la esperanza a todo aquel que reconoce a Cristo como su Salvador

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