miércoles, 5 de junio de 2013

119. Salmo 41

Apreciado lector, estas lecciones no son para que usted tenga  información  de los temas que se tratan, sino que van más allá, son  para que llegue a tener fe,  por lo tanto,  le recomiendo que no las lea de una vez, sino que cada día  lea un poco, después  piense en lo que  leyó, y  complete la lectura en una semana, con el único propósito de que entienda mejor los versículos citados en este estudio, ya que la fe empieza al entender bien la palabra de la cruz.  

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Antes de iniciar el estudio del Salmo 41, es necesario recordar que varios detalles da la vida del rey  David   son parecidos a lo que ocurrió en la vida  de  Jesús;  por ejemplo ambos  nacieron en Belem, ambos fueron ungidos con  el Espíritu Santo. También,  David y  Jesús fueron ungidos tres veces, así  David,  primero fue ungido rey por Samuel cuando todavía era joven, no tenía 20 años, después fue ungido, cuando murió Saúl, para ser  rey de Judá, y la tercera vez, a la muerte del hijo de Saúl,  que era rey de la casa de Israel, para que David sea rey de todo Israel. Jesús también fue ungido cuando se bautizó, por eso fue aclamado rey cuando entro en Jerusalén, después será proclamado Rey cuando se cumpla lo que fue anticipado en Apocalipsis 5:12 “ Y decían  a gran voz: ¡Digno es el Cordero que fue inmolado, de tomar el poder, y la riqueza, y la sabiduría, y la fortaleza, y el honor y la gloria y la alabanza”  Y la tercera vez será cuando llegue a ser una realidad lo anunciado en Apocalipsis 19:6 “Y oí como la voz de una gran multitud, y como el ruido de muchas aguas, y como el estruendo de fuertes truenos, que decían: ¡Aleluya! Porque el Señor Dios Todopoderoso asumió el reino”
Así mismo, David tuvo que pelear varias batallas antes de tomar el poder, de la misma manera Jesús sostendrá la guerra del Armagedón, mandara las plagas, destruirá Babilonia,  e invadirá la tierra a la cabeza de los ejércitos del cielo, tal como se lee en Apocalipsis, capítulos 11, 16- 19, antes de posesionarse en la tierra como Rey.
Sin embargo,  la manera como gobernó David rey no es parecida a como Jesús Rey gobernara toda la tierra. Ni tampoco el dominio  del rey David, aunque  gobernó en territorios más extensos que sus predecesores,  y que los reyes que siguieron después de Salomón, su  hijo; sin embargo no gobernó todo el mundo como Jesús, quien gobernara toda la tierra, desde Jerusalén, en el milenio de Apoc. 20.
Por otro lado,  las luchas, persecuciones y algunos de los sufrimientos de David, detallados en forma poética en los salmos, sirven de figura de las luchas, angustia y sufrimientos de Jesús, en la tierra, para vencer a Satanás y recuperar el gobierno  de este mundo.
Las luchas de David y de  Jesús   tienen una  diferencia marcada, porque las de David fueron guerras físicas, las de Jesús aunque fue golpeado, azotado, insultado El no abrió su boca, sino sufrió con mansedumbre, mas  Su guerra  fue en su mente, allí  satanás y sus ángeles le atacaron  para derrotarle, y  El lucho para mantener su amor al Padre, así como su confianza y su obediencia  a  Él, no obstante,  su lucha en la cruz se completara con las guerras físicas del Apocalipsis.  
Por estas razones se puede afirmar que también en los Salmos se detalla la lucha del Mesías para recuperar el gobierno  de la tierra,  a partir del relato inspirado de David.
Esta es la base para aplicar este Salmo a los sufrimientos de Jesús para hacer la voluntad del Padre y vencer a Satanás. En otras palabras, se puede afirmar en forma general que en el Pentateuco, y en los profetas se predice la muerte del Mesías para salvar a los pecadores, más  los Salmos se refieren al Mesías Rey,  enfocando su lucha para recuperar el gobierno de la tierra.

Salmo 41:1-3
“Feliz el prudente que ayuda al pobre en el día de su angustia, porque YHVH le librara y le cuidara para que su vida sea recta. Así mismo,  no entregara su alma al enemigo. También YHVH le sostendrá sobre la tierra cuando sea  agobiado, y este en las sombras de la muerte, porque  El cambiara el resultado de sus heridas.”     

Jesús en sus horas de agonía recordaría  que  la ley de su Padre dice que El hará feliz al prudente que   cuida al pobre  en su angustia,  y esto le animaría a esperar la ayuda del Padre,  porque El  será  el prudente,  que ayude al débil, porque él será el  Rey  de los pobres de espíritu,  y por amor a ellos hará  su sacrificio. Además  el Padre le cuidara  para que  les gobierne con rectitud;  así mismo,  no dejara que satanás tome el control de Él;  y aún más,  cuando muera, como   resultado de haber sido  flagelado y crucificado, le levantara de su tumba. 
 
Salmo 41:4
“Yo dije: YHVH ten misericordia de mí y sana mi alma porque peque”

En este versículo, el rey David  reitera lo que en que otros salmos afirma, y es  que ha pecado, y pide a Dios que  le sane. Pero Jesús nunca peco, como el  afirmo en Juan 8:46 “¿Quién de vosotros me redarguye de pecado?...” No obstante  Jesús estaría calificado para elevar al Padre esta petición,  y decir : YHVH,  ten misericordia de mí y sana mi alma porque peque, ya que   Él se apropió de los pecados de la humanidad, como se lee en Juan 1:29 “…Miren al Cordero de Dios que toma el pecado del mundo” y 2 Cor 5:21 “ Al que no conocio pecado le hizo pecado por nosotros, a fin de que nosotros lleguemos a ser la justicia de Dios en El.”
Entonces esta es la razón para que este salmo anticipe esta oración del Señor, en  la  que pediría ser sanado de los efectos de todos los pecados humanos,  que llevo en su cuerpo a la cruz. 1 Ped. 2:24 “El mismo llevo nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, para que nosotros, habiendo muerto a los pecados, vivamos para la justicia: ¡Por sus heridas fuimos sanados!”  

Salmo 41: 5-11

“Mis enemigos dicen el mal  de mí, por ejemplo: ¿Cuándo morirá?  para que sea destruido  su nombre. A más de eso,  si alguien viene a verme, además de  hablar falsedades,  su corazón imagina iniquidades de mí,  y afuera   las divulga. No solo eso, sino todos los que me odian murmuraran  contra mí,  aunque esto no dará validez a su testimonio. Y para colmo, el hombre que es de mi círculo íntimo, en quien yo  confié para darle pan para que coma, se  levantara  en sus talones, contra mí.
Pero Tu YHVH tenme misericordia y  levántame para darles a ellos su pago. En esto conoceré que Tú te has complacido en MI, en que mi enemigo no triunfe sobre Mi”   

Ahora el Señor sintió el dolor por el odio de sus enemigos, quienes querían que muera para que nadie sepa de Él y de su amor abnegado;  así mismo,  sufrió porque fue  el blanco  de calumnias, mentiras y murmuraciones, no obstante ,  lo que más le dolió fue que  un amigo le entregaría a sus enemigos; este amigo  estaría poco antes,  junto a él,  en la cena de la pascua, a quien le serviría el pan como signo de amistad y aprecio;  este amigo seria el que le traicionaría. El Señor sintió con más intensidad que nosotros el odio de sus enemigos, porque el, aun en esas circunstancias,  les amaba y hubiera querido que ellos llegasen a estar conscientes de su amor abnegado.
Entonces, le pide al Padre que le haga misericordia y  le fortaleza para ser crucificado,  porque de este modo, El sabrá que el Padre aprueba su conducta en la tierra, y  además conocerá que su enemigo no le ha vencido. Y algo  más,  si muere crucificado le habrá aplastado la cabeza a su enemigo, para  después, como el juez de la humanidad  darle  su pago,  le encadene y le ponga preso por mil años.  

Salmos 41: 12-13:
“Pero Yo íntegramente he sido protegido  por Ti, por eso, estaré seguro en tu presencia por siempre.
Bendiga Israel a YHVH Elohim siempre y hasta siempre. ¡Amen! ¡Amen!”

Al fin el Señor testificara que  su Padre  le mantuvo asido  a Él,  para cuidar su andar en la tierra, y  especialmente en su agonía y muerte, así mismo,  anunciara que como hombre, después de haber resucitado,  morara, como hombre, con el Padre, por siempre.
Por este motivo  el Mesías   ordenara a Israel que bendiga a YHVH Elohim continuamente y por la eternidad, por lo que ha hecho con El, ya que en esa acción del Padre  radica la seguridad del pueblo de Dios.

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