domingo, 24 de febrero de 2013

110. La carta a los Galatas. (10)

 Apreciado lector, para obtener mas provecho de estas lecciones, le recomiendo que no las lea de una vez, sino que cada día lea un poco, y complete la lectura en una semana, con el único propósito de que entienda mejor los versículos citados en este estudio.  
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Gálatas 5:1-4:
“Entonces,  para vivir en libertad nos liberto el Mesías. Por consiguiente permanezcan  firmes, y no estén otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
Presten atención, yo, Pablo les digo que si circuncidan, de nada les beneficia el Mesías.
Más aun, otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, ¡que está obligado a practicar  toda la ley! Además  El Mesías está inactivo  en los que en la ley se justifican. Es decir, ¡han caído de la gracia!”

El apóstol, después de dar un significado adicional a los hechos relacionados con los  nacimientos de Ismael e  Isaac, saca  conclusiones y advertencias para los de la fe, es decir a los que como Isaac, son el fruto de la promesa de Dios, y les dice que vivan libres, porque Jesús, con su sacrificio, les libero de la ley de los mandamientos. En este punto hay que volver a  recordar que  el pecado, la semilla que satanás puso en Adán, obtiene de los mandamientos el poder para tener cautiva a la raza humana, 1 Cor 15:56 “…el poder del pecado, la ley”
Fíjese que Pablo veía que los gálatas estaban en peligro de caer, otra vez, bajo el poder del pecado, si es que se circuncidaban, porque  Jesús, Sumo Sacerdote, dejaba de mantenerles sin caída, o sea ya no estarían cobijados por la gracia. Además, al circuncidarse los gálatas se  responsabilizaban  de obedecer toda la ley, ya que la obediencia de Jesús resultado de su fe,  ya no les cubriría.       
La advertencia para nuestros días, es la misma, porque si bien ya no es la circuncicion, sino los otros mandatos de la ley que algún creyente se responsabiliza en obedecer, igualmente Jesús Sumo Sacerdote ya no es su escudo protector, y queda desposeído de la gracia.

Gálatas 5:5-6:
“Por el contrario, nosotros, mediante el Espíritu de fe, esperamos, asidua y pacientemente la justicia, porque en Jesús, el Mesías, ni la circuncicion vale algo, ni la incircuncicion, sino la fe que actúa por medio del amor”

Pablo señala  el contraste que hay entre  los fieles y  los que quieren obedecer  los mandamientos para ser aprobados por el Altísimo,  porque, los de la fe no dependen de su obediencia sino de la de Jesús. Y es el Espíritu de fe el que  les hace ver que la obediencia al mandamiento no tiene ningún valor, como tampoco la desobediencia, sino solo la fe, es decir, lo único que vale es el tener  en la mente la historia de Jesús, que es la más alta expresión del amor de Dios a la humanidad,  amor que sirve de  vehículo  a  las obras de la fe.
En otras palabras,  tanto la obediencia personal  a los mandamientos como  la desobediencia a los mismos, tienen el   mismo nivel espiritual , es decir no tienen ningún poder para dar frutos para Dios,  porque solo la fe que actúa únicamente en el marco del amor, produce los frutos que  aprueba el Padre.

Gálatas 5: 7-9:
“Corrían bien, ¿Quién les estorbó para no ser persuadidos de la verdad? La otra persuasión no procede de Aquel que les llama. Recuerden que un poco de levadura leuda toda la masa.”

Los gálatas,  inicialmente, antes que vengan los judaizantes,  corrían la carrera de la fe con éxito, a pesar de esto,  cuando estos vinieron pensaban que ellos les traían un mensaje nuevo; persuasivo, por esto creyeron que   obedecer algunos mandatos de  la ley  les haría acercarse al Padre, pero Pablo les declara que la enseñanza de obedecer los mandamientos de la ley no venía del Padre sino del enemigo, y que el enemigo tenía mucho  poder para convencer con sus  engaños.
También, el apóstol compara el efecto del  mensaje de obedecer la ley al de la levadura que cambia toda la masa, es decir el mensaje de la obediencia personal, alojado en la mente opaca  la forma de razonar  y  pervierte el entendimiento,  de tal manera que la queda anulada, o sea ya no se da importancia a la historia del sacrificio de Jesús, fruto de su amor al Padre y al hombre caido.

Gálatas 5:10-12:
“Respecto a ustedes, yo estoy persuadido en el Señor, que acogerán  lo que les ensene.
Por otro lado, el que les perturba, quien quiera que sea, llevara su castigo.
Hermanos, respecto a mí,  si fuera  el caso que yo  predico la circuncicion, ¿Por qué todavía  soy perseguido?  Ya que con la circuncisión se anula el escándalo de la cruz.
¡Quisiera que se castren los que les agitan!”     

El Señor había obrado en la mente de Pablo para convencerle de que su corrección a los gálatas daría fruto, porque  ellos habían entendido que solo el retener en la mente la historia de Jesús, teniendo presente que fue motivada por el amor del Padre a ellos, es lo que permite al  Espíritu del Hijo a  reproducir, en cada fiel, la obediencia de Jesús.
Por otro lado, parece que los judaizantes  hacían circular el  rumor que Pablo había vuelto a predicar que los fieles deben circuncidarse para cumplir con Dios, por esto el pregunta ¿Por qué me persiguen los de la  circuncisión, si yo enseño lo que ellos ensenan? Porque es sabido,  en concreto, que la circuncisión es como un sustituto, en el que  se circuncida,  del sacrificio de Jesús,  porque la circuncisión en sí, es como un sacrificio cruento.
Además, tanta indignación causo al apóstol las convincentes enseñanzas de los de la circuncisión, que él deseaba que estos no solo se corten el prepucio, sino que se castren

Gálatas 5:13-15:
“En verdad,  ustedes  hermanos fueron llamados a libertad, solo que no usen la libertad como la base de operaciones para la carne, al contrario, sírvanse los unos a los otros por medio del amor. Porque es verdad que  toda la ley queda cumplida en esta sola palabra: Amaras a tu prójimo como a ti mismo.
Por otro lado, si se muerden y se devoran los unos a los otros tengan cuidado para que no se destruyan unos a otros.”

El Espíritu Santo les recordó  a los gálatas que el llamamiento de Dios fue  para que sean libres de la ley, porque  repito, el pecado, la semilla del mal, saca el poder de los mandamientos para esclavizar , solo cuando alguien cree que Dios, lo primero que  le pide es  obediencia. Pero hay que tener presente que el pecado, además de sacar  poder de la ley, aprovecha que el creyente ha sido liberado de la ley, pasa torcer la libertar y usarla como plataforma para el mal. Por ejemplo, alguien dice: ahora que soy libre puedo ver lo que quiera; y 
empieza a ver figuras deshonestas, etc., y al poco tiempo, otra vez,  es  esclavo de sus pasiones. En otras palabras, el Mesías nos amó matándonos   en su muerte a la  ley, pero nuestra  muerte a la ley no es incondicional, sino que depende momento a momento de que este fresca en nuestra mente  la idea que  el amor fue  lo que le movió  a dar su vida por nosotros , en caso contrario, cuando se pierde de vista este  amor de Dios,  el pecado usa la libertad de la ley como trampolín  para esclavizar otra vez.
Ahora  hay que aclarar que se pierde de vista el amor divino mostrado en el sacrificio de Jesús cuando NO se deja pasar el amor de Dios, o sea cundo no se  ayuda abnegadamente a los que nos rodean, sea el conyugue, el padre, la hija, el vecino, entonces es cuando  el mal heredado de Adán se apropia de la libertad y la convierte en libertinaje.
Por otro lado, se  explican  dos puntos, uno,  que la ley si hay que obedecerla, pero la única forma, no es guardando los 10 mandamientos u otro mandamiento, sino en el servicio amoroso a los demás. Y dos, el amor no es algo que se estaciona y se acumula en el corazón humano, sino que hay que dejarlo correr como si fuera agua, amando , o sea haciéndoles favores abnegados a los demás que nos rodean.
En caso que no se le ayude amorosamente al prójimo, el pecado convierte la libertad en degradación corrompida, y esta empieza a manifestarse por las discordias, envidias,  etc. entre los creyentes.

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