109. La carta a los Gálatas. (9)
Apreciado
lector, para obtener mas provecho de estas lecciones, le recomiendo que no las
lea de una vez, sino que cada día lea un poco, y complete la lectura en una
semana, con el único propósito de que entienda mejor los versículos citados en
este estudio.
Galatas 4:12:
“Hermanos les ruego que lleguen a ser como yo, en
vista de que yo soy como ustedes. Por otro
lado, no me han hecho ningún agravio”
El apóstol les recuerda a los gálatas que el se hizo
como ellos cuando les hablo la historia de Jesús, en el sentido que vivió como un gentil, sin exhibir el estilo de
vida de los judíos, ni remarco su
obediencia a la ley de los 10 mandamientos; ahora el espera su reciprocidad, que sean como el, esto es que sean totalmente dependientes de la obediencia de Jesús.
Así mismo les
aseguro que no le habían hecho daño
alguno, al tratar ellos de agradar a Dios con su deseo de obedecer los 10
mandamientos y las otras regulaciones de la ley.
Gálatas 4:13-16:
“Y sufriendo una debilidad de la carne les anuncie las
buenas nuevas la primera vez. Y aunque para ustedes eso era una prueba en mi
carne, no me menospreciaron, ni me escupieron; al contrario, me acogieron como
a un enviado de Dios, como a Jesús el Mesías.
¿Dónde están ahora sus expresiones de bendición? Porque les testifico de que si les hubiera
sido posible, se hubieran sacado los ojos y me los hubieran dado. Pero ahora,
he llegado a ser enemigo de ustedes por decirles la verdad”
Pasa Pablo a recordarles que el padecía una enfermedad
que daba repulsión, en el tiempo que les
relato la vida, la muerte, y la resurrección del Señor, a pesar de esto los gálatas
no le rechazaron, ni dieron muestras de asco, sino que le recibieron como un apóstol del Padre, como
un embajador de Jesús el Mesías. Y le hablaron del cuidado de Dios a él, y
aun más querían hacer todo para
aliviarle de su mal. Pero las cosas habian
cambiado, los gálatas ya no le ven a Pablo como el embajador de Jesús sino como
un enemigo. La causa para este cambio es el haberles hablado que al Padre solo le
agrada la obediencia de Jesús, y no su obediencia manchada por lo carnal.
Gálatas 4: 17-18:
“Tienen celo por ustedes, pero no es para el bien de
ustedes, sino que quieren alejarles de mí,
para que tengan celo por ellos.
Bueno es tener celo en lo bueno, siempre, y no solo cuando este con ustedes”
Los maestros judaizantes les mostraban un aparente
cariño a los gálatas, pero su afecto no era sincero, al contrario era egoísta,
porque buscaban apartarles a los gálatas de la influencia de Pablo.
Gálatas 4: 19:20:
“Hijitos míos, sufro por ustedes dolores de parto,
hasta que el Mesías sea formado en ustedes. Ahora yo desearía estar con ustedes
para cambiar mi tono, pero estoy indeciso respecto a ustedes”
Por un lado, las dificultades que pasaba el apóstol, porque los gálatas, bajo la influencia de los
judaizantes, estaban apartándose para no
ser cubiertos por la obediencia perfecta de Jesús, con el fin de cubrirse con su propia obediencia a los 10
mandamientos y a las otras disposiciones de la ley; a estas dificultades Pablo
las llama: dolores de parto que duran
hasta que la conducta del Mesías, mediante su Espíritu les cubra a los
gálatas. Pero por otro lado, el apóstol tiene dudas de que los gálatas puedan
volver a vivir de la fe en el Mesías, por esto, aunque quisiera decirles más
sobre la salvación, todavía tiene que hablarles del peligro inminente de
rechazar la justicia de Dios para afirmar la suya propia.
Gálatas 4: 21-31:
“Hablen los que
quieren estar bajo la ley. ¿No prestan atención a la ley? Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno
de la esclava y uno de la libre. Y el de la esclava nació como resultado de la
carne, pero el de la libre resulto de la promesa. Estos hechos son alegorías, porque representan dos pactos. La una alegoría de Agar, del monte Sinaí, que engendran esclavitud. Porque Agar es el monte Sinaí, en Arabia, es figura de la Jerusalén actual, que esta esclavizada con sus hijos. Al contrario, la Jerusalén de arriba, la cual es nuestra madre, es libre.
Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, la que no das a luz, rompe tu silencio y grita, tú que no sufres dolores de parto, porque muchos son los hijos de la desamparada, más que los de la que tiene marido.
Así que ustedes, hermanos, como Isaac son hijos de la promesa. Por esto, como entonces, el que nació según la carne persiguió al que nació según el Espíritu, así también es ahora.
Más, ¿qué dice la escritura? ¡Echa fuera a la esclava y a su hijo! Ya que no heredera el hijo de la esclava con el hijo de la libre.
Y nosotros, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre”
A continuación Pablo se dirige a los que quieren poner
su obediencia a los 10 mandamientos en lugar, o anadir a la obediencia de Jesús,
y les pregunta si han leído la historia de Abraham que está en Génesis,
porque ese relato ensena de Agar, por
sugerencia de Sara tuvo un hijo con
Abraham, y la razón del consejo de Sara a Abraham fue que ella era estéril, por lo tanto no
podía tener un hijo con el patriarca. A
pesar de esto, Dios les prometió un
hijo. Promesa que se cumplió con un milagro divino. Y por esto nació Isaac.
El apóstol, inspirado por Dios toma estos hechos, uno,
los del hijo de Agar, y el dos,
los del hijo de Sara, y les da otro
significado, además del evidente. El
otro significado es que la historia de
esclava Agar señala al monte Sinaí, porque igual que Ismael es hijo de la esclava,
los que viven de su obediencia a la ley anunciada en el monte Sinaí son
esclavos del pecado (singular). También la historia de Agar señala a Jerusalén
actual, porque sus hijos son esclavos,
debido a que están bajo el pacto mosaico. De manera semejante, la otra lectura de los hechos relacionados
con el hijo de Sara, es que apuntan a la Jerusalén celestial, que es madre de los que son
cobijados por la promesa de un
hijo a Abraham, o sea están bajo los términos del pacto de gracia de Dios con
Abraham, relatado en Génesis, capítulo 15.Ahora, una aclaración, Pablo respalda estos significados nuevos de los hechos de Agar y Sara, porque cita lo que Isaías, más de mil años después de que Dios hizo el pacto de las promesas con Abraham, escribió en el capítulo 54 de su libro, y dice que se regocije la que no tiene hijos, porque va a tener muchos hijos, refiriéndose como hijos a los de la fe de Abraham.
Además, la persecución intelectual que sufrían los gálatas por parte de los maestros legalistas, estaba anticipada por la persecución emocional que padeció Isaac de parte de Agar y su hijo Ismael.
Un punto importante: Los hijos de la promesa son los que oyen con atención receptiva la historia de Jesús, y por esta razón reciben el Espíritu Divino. Como está escrito en Gal 3:1-2 y ROM 8: 14:”Gálatas insensatos, a ustedes fue descrita claramente la crucifixión y muerte de Jesús el Mesías. ¿Quién les engañó? Solo esto quiero averiguar de ustedes: ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la ley, o por oír de la fe?” “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios”
Por ultimo.es preciso tener presente tocante a los dos pactos que habla el apóstol, que el uno, es el pacto en el Sinaí, que tuvo como mediador a Moisés, y el otro es el pacto de Dios con Abraham., recuerde que Dios hizo este pacto cuando Abraham le pidió seguridad de que iba a poseer la tierra prometida; entonces Dios le dijo que ponga varios animales partidos, y El enviaría fuego para consumirlos. Y así hizo. Es decir el sacrificio de los animales era, figuradamente, la seguridad de que Abraham recibiría la tierra prometida. Este sacrificio es símbolo del sacrificio de Jesús. En otras palabras, gracias al sacrificio del Mesías, Dios asegura que dará la tierra en herencia a Abraham y a los de la fe en Jesús. O sea por este medio el Padre cumple el pacto de las promesas al patriarca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario