Gálatas 4:1-2:
“Digo pues: mientras el heredero es menor de edad,
aunque es señor de todo, en nada difiere de un siervo, sino que está bajo
tutores y administradores hasta lo señalado por el padre” Por consiguiente ya no eres siervo, sino hijo; y si hijo también heredero de Dios por medio de Cristo.”
Pablo
explico que los que estaban
bajo los 10 mandamientos, y bajo otras
disposiones de la ley, implementadas
en la religión de los judíos, no
disfrutaban de su herencia como hijos, porque todavía eran considerados menores
de edad, por esto estaban bajo la tutoría de la ley, como se lee en Gálatas
3:24: “Así que la ley ha sido nuestro tutor hasta el Mesías…”
Volviendo al ejemplo, cuando los herederos cumplen la
edad estipulada por el padre, dejan de estar bajo curadores, así los judíos, primero, estaban
bajo la ley que los guiaba al Mesías, segundo, sin embargo, cuando
vieron a Jesús que murió en la
cruz , cumpliendo el plan divino anticipado en la ley y los profetas, y tuvieron fe , alcanzaron la mayoría de edad
para ser adoptado como hijos, y como
tales llegaron a ser herederos de Dios,
por medio del Mesías .Al aplicar esta verdad a nuestros tiempos, sucede lo mismo, un cristiano es todavía menor, esto es esta bajo la ley, y no ha sido adoptado como hijo, mientras depende de su obediencia a los mandamientos. Pero cuando, bajo la acción del Espíritu, llega a estar consciente de sus fracasos, le interesa la historia de Jesús y la recibe en su mente el relato de los hechos en la vida y muerte de Jesús, hechos que realmente ocurrieron para su beneficio, llega a ser mayor de edad, recibe el Espíritu del Hijo, y vive como hijo del altísimo.
El versículo 5 es muy claro porque dice que la muerte de Jesús, fue para redimir solo a los que han estado bajo la ley de los mandamientos, Estos son: los que oyen sus mandatos para cumplirlos, sin embargo aprenden, por experiencia, que no pueden. Esta experiencia esta descrita enmarcada en la obra del Espíritu Santo, en Juan 16:8: “Y cuando el venga convencerá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio.”
Ahora , Jesús, siendo Dios, se hizo humano, en obediencia la Padre, es decir paso por el proceso natural en el útero materno, y como todo humano recibió la herencia de Adán, por esta razón fue puesto bajo la ley de los mandamientos, en consecuencia, el pecado estuvo en El activo; pero a su vez, como también Jesús estaba bajo el Espíritu Santo nunca peco, aunque fue tentado en todo. Esto se lee en 1 Cor 15:56 “:… y la ley es el poder del pecado”; 2 Cor 5:21 “Al que no conoció pecado, le hizo pecado, para que nosotros llegáramos a ser la justicia de Dios en El.” Hebreos 4:15: “Pero no tenemos un sumo pontífice que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino Uno que ha sido tentado en todo, según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
El apóstol reitero que aunque Jesús murió inocente, es decir no merecía morir, sin embargo lo hizo para redimir, es decir, para rescatar a los creyentes de la autoridad de los 10 mandamientos y de los otros mandamientos de la ley, ya que solo por medio de ellos, el pecado tiene el poder para esclavizarlos.
Jesús de este modo les rescata de la ley para que Dios, el Padre les adopte como hijos.
A su vez Dios les asegura que son hijos adoptados, enviándoles el Espíritu del Hijo a los creyentes, para que su relación con Él sea la de un hijo con su padre. En otras palabras, para que el creyente como todo hijo, viva teniendo a Dios como su Padre, que le suple de todo y le dirige en la vida. Les da el Espíritu del Hijo - Reitero la presencia del Espíritu del Hijo en los creyentes les convence que son hijos del altísimo, y por esto el Espíritu del Hijo grita desde el creyente al Padre: ¡Abba!
Le recuerdo que el termino Abba, expresa el clamor de un hijo en necesidad, a su Padre.
Después de estos argumentos, Pablo quiere enfatizar que el creyente ya no es como criado de Dios sino hijo y heredero, por medio del Mesías.
Gálatas 4:8-10:
“Por otro lado, en otro tiempo, cuando no conocían a Dios, servían como esclavos a
dioses, que no son otra cosa que
una perversión. Mas ahora, conociendo a Dios, más bien, siendo conocidos por
Dios, ¿Cómo se vuelven a lo nuevo, a los
principios rudimentarios, para volver a ser esclavos otra vez? ¡Están guardando escrupulosamente,
días, y meses, y tiempos y anos ¡ Tengo mucho miedo por ustedes.
¡Quizá haya trabajado en vano por ustedes!”
El apóstol les recuerda a los gálatas que ellos antes de oír receptivamente la historia de Jesús, eran idolatras y servían a dioses que no eran
otra cosa que una invención del maligno.
Pero después fue diferente, porque el
Dios vivo los tenía como hijos adoptivos;
por este motivo Pablo estaba asombrado que los gálatas practicaran algo que pensaban que era nuevo, algo que era un escalón más alto hacia Dios. O
sea, él estaba asustado, porque ellos habían puesto su obediencia
encima de la de Jesús, al guardar los días de descanso, las fiestas bíblicas, al
celebrar las lunas nuevas, y al esperar los anos de reposo de la tierra, y el
jubileo.
En otras palabras los gálatas habían sido convencidos
por los cristianos judaizantes que su obediencia a la ley era lo que el Padre requería
de ellos para que tengan comunión con El. Sus mentes estaban confundidas y no
recordaban que la perfecta obediencia de Jesús a todo punto de la ley cubre a
todos los creyentes, como un manto. Por esto la obediencia personal de ellos sobraba. Por estas razones, Pablo creía que su trabajo entre los gálatas había sido un fracaso.
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