viernes, 18 de enero de 2013

106. La carta a los Galatas. (6)


Apreciado lector, para obtener mas provecho de estas lecciones, le recomiendo que no las lea de una vez, sino que cada día lea un poco, y complete la lectura en una semana, con el único propósito de que entienda mejor los versículos citados en este estudio.  

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Gálatas 3:15:
“Hermanos, por un momento les hablo siguiendo normas humanas y les digo que una vez que un pacto has sido puesto en  efecto por un hombre,  nadie lo invalida, ni añade algo.”

Pablo toma el ejemplo de los contratos entre humanos, que una vez  firmados por las dos partes, nadie puede anadir, quitar o alterar el contrato. Esto es preciso tener en cuenta al considerar el pacto que Dios hizo con Abraham,  que esta citado en Génesis 15:18 “En ese día YHVH hizo un pacto con Abram, diciendo: A tu descendiente daré esta tierra, desde el rio de Egipto hasta el rio grande, el rio Éufrates” En este pacto,  Dios le prometió a Abram y a su descendiente: La tierra, llamada  la tierra prometida. Aunque antes ya le había prometido un descendiente, y que en el serian benditas todas las naciones. O sea, gracias a este  pacto, nadie puede cambiar, anular, olvidar, ni siquiera el mismo Dios, las promesas a Abram y a su descendiente.

Gálatas 3: 16-18:

“Hay que tomar en cuenta que las promesas fueron hechas a Abram y a su descendiente, porque no dice: Y  a sus descendientes, como si fueran muchos, sino como uno: Y a tu descendiente, el cual es el Mesías.
Por un lado, el pacto ha sido ratificado por Dios para el Mesías. Por otro lado,  la ley que llego a ser  después de cuatrocientos treinta años, no anula la promesa. Porque si la herencia proviene de la ley, ya no viene de la promesa. Pero Dios, por medio de la promesa, le hizo un favor inmerecido a Abraham “    

Repito que entre las promesas que Dios hizo a Abram esta  también la que dice: En ti serán benditas todas las naciones. Con estas palabras  se  refiere al Espíritu del Hijo que será dado a los de la fe de Abraham. Además, como indica la escritura, estas promesas fueron hechas a Jesús el Mesías, y no al resto de descendientes del patriarca, sin embargo que ellos son el pueblo elegido. O sea que todas las promesas son de Jesús, y El las comparte con los de la fe.
Reitero que estas promesas fueron aseguradas con el pacto que Dios hizo con Abraham, pero enfocado en Jesús el Mesías. 
Después el apóstol pasa a aclarar  que la ley de los 10 mandamientos no tiene nada que ver con las promesas divinas,  recordando  que  la ley fue promulgada cuatrocientos treinta años después del pacto de Dios con el patriarca. O sea dice que estas promesas estaban ya vigentes mucho antes que sea dada  la ley de 10 mandamientos. En otras palabras, si hubiera alguien que guarde los 10 mandamientos perfectamente, ni este alguien  tiene derecho a las promesas, por su obediencia... Por esta razón Pablo afirma que la herencia se origina en las promesas gratuitas de Dios a Abram, y de ninguna manera las promesas son el premio al que obedece los 10 mandamientos y las otras disposiciones dadas en el Sinaí.   

Gálatas 3:19:
“Entonces  ¿para que la ley?  Fue añadida  para que sea creada la transgresión, hasta que venga el descendiente que había sido prometido. Pero a pesar de esto,  la ley fue promulgada por medio de ángeles, en mano de un mediador. Y el  mediador no es  solo para uno, y Dios es uno.”

Pablo, después de indicar que la ley no tiene relación  con las promesas a Abram, explica la razón por la que Dios la dio en el Sinaí.; pero note que no dice promulgada o anunciada, sino añadida, ¿pero añadida a qué? Fue añadida a las promesas a Abram?  ¡No!  Sino que la ley fue añadida al pecado., aunque en este versículo  la palabra pecado  no este, pero es obvio que se refiere al pecado, al principio de Satanás  que puso en la mente de Adán cuando  cayó, porque  la semilla del maligno en la mente es la que da los frutos de maldad, como enseno el Maestro. Mat 15:19 “Porque de la mente vienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, difamaciones”  Así que la ley del Sinaí fue añadida al pecado para crear las trasgresiones. Le recuerdo que la palabra transgresión es romper una ley. Y  la esencia de la semilla del maligno es precisamente romper la ley.  Dicho en otra forma, los pecados, es decir  las rupturas a los 10 mandamientos son las  maneras como el pecado (la semilla de satanás)  deja ver su existencia corruptora en la mente. Y solo con este propósito  la  ley fue añadida al pecado.     
Por lo que se entiende de estos versículos, se ve que  a pesar de que la ley del Sinaí tiene como autor a Dios, es usada como un nexo que media  entre el pecado, la semilla de satanás, y todas las actividades de la mente, o sea el pecado, gracias a los 10 mandamientos, esclaviza a todas las actividades mentales;  parecido a la acción de la ley civil del matrimonio, que es un mediador entre el marido y la esposa.
La tiranía del pecado sobre la mente, debida a los 10 mandamientos, existe hasta que venga a la mente la historia de la vida y la muerte de Jesús.

Gálatas 3:21:
“¿Es posible que  la ley ocupe  el mismo espacio de las promesas de Dios? En ninguna manera, porque si fue dada una ley que pudiera dar vida, entonces, verdaderamente,  la justicia viene de la ley”

Con estas palabras el apóstol  muestra que la ley de los 10 mandamientos no son aparte de  las promesas a Abram, por esto, y por un lado,   una de las  promesa es la del descendiente,  que es para que los fieles tengan vida, porque  el descendiente prometido es el Mesías,  por este motivo Jesús dijo: “ El que come mi carne y bebe mi sangre , tiene vida eterna , y Yo le resucitare en el día  postrero” Juan 6:54.  Así mismo la promesa: que en ti serán benditas todas las naciones de la tierra, se refiere a la dadiva del Espíritu, y el Espíritu  viene  para vivir la vida de justicia y amor. Juan 6:63 “El Espíritu es el que da la vida…las palabras que he hablado son Espíritu y son vida”   Por otro lado,  como la ley de los 10 mandamientos no fue dada para traer la justicia de Dios, no puede ser fuente de vida, al contrario, los 10 mandamientos fueron dados para ser la base de acción del pecado, y por esto son llamados: la ley del pecado y de la muerte. Romanos 8:2,  

 

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