viernes, 4 de enero de 2013

104. La Carta a los Galatras. (4)


1Apreciado lector, para obtener mas provecho de estas lecciones, le recomiendo que no las lea de una vez, sino que cada día lea un poco, y complete la lectura en una semana, con el único propósito de que entienda mejor los versículos citados en este estudio.  

 
Gálatas 3:1-3:

“Oh gálatas insensatos, ante los ojos de ustedes Jesús el Mesías fue presentado crucificado, ¿pues quien les fascino?  
Solo esto quiero averiguarles: ¿Recibieron el Espíritu de las obras de la ley, o por oír de la fe?  ¿Tan insensatos son? ¿Habiendo comenzado en el Espíritu, ahora se  perfeccionan en la carne?"

Pablo con dolor y sorpresa amonesta a los gálatas porque  no habían entendido que la conducta que Dios hizo  realidad en la vida y la muerte de Jesús, es para todo el que oye con atención receptiva la historia de Jesús, a pesar  que les explico esto  basado en las escrituras del Antiguo Testamento.
Pablo les enseno a los gálatas  el comportamiento  de Jesús tal como están en los escritos de la ley y los profetas por tres  razones, una porque los evangelios no habían sido escritos,  dos porque el apóstol no fue un testigo presencial de los eventos del calvario, y  tres, sobre todo porque los detalles de la muerte de Jesús están descritos con riqueza en varios  pasajes de las escrituras, por ejemplo: Isaías 53, Salmo 22, Salmo 69. En otras palabras el apóstol les conto la historia de Jesus basado en estas escrituras.
Por otro lado,  el apóstol quería conocer  quien les había seducido  para creer  que  la práctica de la circuncicion ,  el celebrar las fiestas bíblicas,  o incluso la intensión de  obedecer los 10 mandamientos ,  el Padre  acepta  en lugar de la obediencia de Jesús, en su vida y en su muerte.
Además, el apóstol quiere que los gálatas vean donde  han caído , porque  cuando oyeron atentamente el relato de la vida y muerte de Jesús,  esto es escucharon la fe de Jesús, fueron llenos del Espíritu, pero  a pesar de esto ,  han sido engañados, por esto  se han  circuncidado, han guardado las fiestas y  han hecho el compromiso de obedecer los mandamientos, sin entender que estas leyes lo único que hacen es servir de fuente de poder al pecado, por esto, ahora,  están sujetos al pecado. Por este motivo les recrimina firmemente y les recuerda que  empezaron llenos del espíritu, pero  ahora quieren alcanzar la perfección con su propia obediencia.
 En otras palabras,  la conducta de Jesús que es la  que Dios acepta, y es con la que cubre por medio del Espíritu del Hijo  a todos los que escuchan con atención receptiva la historia de Jesús, pero al contrario,  los gálatas quisieron reemplazar la justicia  de Dios con su obediencia.

Gálatas 3:4-5:
¿Tantas cosas han padecido en vano?  Y en realidad han sido en vano.
Les pregunto: Aquel que les da el Espíritu, y hace milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras de la ley, o por oír de la fe?

En este versículo, el apóstol les recuerda a los gálatas  que cuando les  relato  la vida y muerte de Jesús sufrieron insultos y persecuciones  por parte de sus familiares y vecinos, pero estas  no tuvieron efecto para sacar de sus mentes  la historia de la vida y la muerte de Jesús. Sin embargo, cuando algunos judíos les ensenaron  que Dios aprueba a quienes  obedecen Su ley, sin tomar en cuenta la perfecta conducta de Jesús,  aceptaron este engaño, entonces los sufrimientos del pasado  quedaron sin ningún propósito.
  Así mismo, les pregunto  ¿porque Dios les dio el Espíritu e hizo milagros en ellos, por su obediencia a ley, o por escuchar atentamente y con interés la historia de Jesús? La respuesta es:
 Dios derramo su Espíritu e hizo  milagros en ellos por  oír de la fe Jesús.
Estas amonestaciones de Pablo a los gálatas  son  también para nosotros, porque siempre hay la tentación a pensar que Dios requiere alguna obediencia nuestra para juntar a  la perfecta obediencia de Jesús. Por esto es necesario tener presente que  la sumisión de Jesús al Espíritu Santo en toda tentación, y más aún, su obediencia perfecta al sufrir azotes, la corana de espinas, y el ser clavado en la cruz, no cabe  ser completada por nuestra obediencia  manchada de pecado.

Gálatas 3: 6-9:

“(La fe de los gentiles) es semejante a la fe de Abraham, quien  tuvo fe en Dios, y la fe  le fue contada por justicia. Por esto, sepan que  los  de  esta  fe son hijos de Abraham.
Así que, la escritura,  previendo que de la fe  Dios declara justos a los gentiles, anticipo a Abraham las buenas nuevas: En ti serán benditas todas las naciones. Indicando así que los de la fe son bendecidos con Abraham, hombre de fe”

Abraham es el padre de las personas de fe porque oyó  atentamente y acepto  la promesa del  milagro que Dios haría en ellos para que tengan un hijo, un milagro necesario, porque él era anciano y su esposa estéril. Y  por esta fe,  Dios  aunó  la conducta de Abraham  con la conducta de su Hijo,  que sería hecha pública en la cruz.
Aquí hay que aclarar que el patriarca no entendió el alcance de esa promesa,  ya que  la redujo solo a Isaac, y posteriormente Dios revelo que la promesa  abarca tanto a Isaac como  al Mesías. Y algo parecido sucedió con los gálatas que escucharon de Pablo el relato de la conducta o historia de Jesús, pero no comprendieron que esa conducta es la única  conducta que Dios acepta, y que Dios cubre con ella, como con un manto a los que oyen con atención la historia de Jesús.
Analizando la experiencia de  los gálatas desde otro ángulo, se encuentra que el resultado de la fe de ellos fue que recibieron el Espíritu del Mesías. Ahora,  viendo esto a la luz de la historia de Abraham se encuentra que el derramamiento del Espíritu en ellos fue anticipado con las palabras que Dios le dijo al patriarca: En ti serán benditas todas las naciones. Por esto es importante tomar la fe de Abraham como el modelo para la fe de los gentiles.
Ahora, el Espíritu que recibieron los gálatas cuando oyeron atenta y receptivamente la historia de Jesús, es el mismo Espíritu por El que vivió , El que guio a Jesús,  venciendo toda tentación , además le llevo para derrotar con su obediencia a toda la rebelión humana, cuando  se sometió a la voluntad del Padre al morir crucificado.
En otras palabras el Espíritu que se recibe como fruto de oír con atención la historia de Jesús es el Espíritu que reproduce en las personas de fe, la conducta del Salvador.   

 

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