martes, 4 de octubre de 2011

55. El Evangelio de Juan. Cap. 2

Juan 2:1-5 “Al tercer día se celebro una boda en Cana de Galilea, y la madre de Yeshua estaba allí. Así mismo, Yeshua estaba invitado a la boda, junto con sus discípulos. Cuando les falto vino, la madre de Yeshua le dijo: No tienen vino. Entonces Yeshua le dijo: Mujer ¿que a mi y a ti? Todavía no llega mi hora. Y su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que el os diga”

Se celebro un matrimonio en el pueblo de Cana, en la zona norte de Israel, llamada Galilea. Bien, María, Yeshua y sus recientes discípulos estaban invitados. Mientras estaban en los festejos, María noto que ya no había el vino. Sin embargo que ella no era parte de la familia, tomo como suyo este problema y le aviso a su hijo. La respuesta de Yeshua es sorprendente, porque se dirige a ella diciéndole: Mujer. Con este término se dirigía un extraño a una señora de respeto. Dicho de otro modo, Yeshua no se dirige a ella como un hijo a su madre, sino como a una persona de respeto. Además, le hace una pregunta retorica, ¿que parte me toca a mi y que parte te toca a ti, de este problema? refiriéndose la falta de vino. Así mismo, le añade: No ha llegado mi hora. Ahora, por el hecho que se dirige a ella con el termino “Mujer”, se nota que Yeshua separo su función de hijo, de la de Mesías. También se subentiende esto, cuando le pregunta ¿que parte me toca hacer a mí, como el Mesías, y a ti como invitada a la boda? En este punto, le indico que los invitados a las bodas asumían el proveer de vino o manjares en caso de necesidad.- Incluso, la Sinagoga, tenía un fondo para ayuda en las bodas de una pareja de pobres. Ahora, tocante al vino, Yeshua le aclara que todavía no ha llegado su hora, refiriéndose a su misión de derramar su sangre, simbolizada por el vino de la última cena, para sellar el Nuevo Pacto. Ahora, concerniente a María, ella comprendió que su parte era pedir a los sirvientes que hagan lo que Yeshua les pida, aunque ella no sabia que haría el Mesías.

Juan 2:6-11” Estaban allí seis tinajas de piedra para ser usadas en la purificación de los judíos, en cada una cabían dos o tres cantaros. Entonces, Yeshua les dijo: Llenen de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde. Después les dijo, ahora saquen y llévenlo al mayordomo. Y ellos lo llevaron. Cuando el mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber de donde era; aunque los sirvientes que habían sacado el agua, lo sabían, entonces, el mayordomo llamo al novio y el dijo: Todo hombre, primero sirve el vino bueno, y cuando han tomado bastante, saca el de calidad inferior. No obstante, tú has guardado hasta ahora el buen vino. Este es el principio de las señales que Yeshua hizo, lo hizo en Cana de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en El.”

La parte que le correspondió hacer a Yeshua, como el Mesías prometido, le fue revelada por el Padre, y era crear vino, para que estén alegres los invitados a la boda, indicando que Dios quiere que los hombres sepan que El aprueba la alegría y el gozo para festejar la unión intima entre un hombre y una mujer. Le recuerdo, que el Creador hizo al hombre y a la mujer con las características masculina y femenina para que se complementen en el matrimonio. Así que, se entiende de esta señal, que dondequiera que haya una boda, Dios da los medios para que la festejen. Por otra parte, el vino que Yeshua creo , es el jugo de uva fermentado, o sea, es un vino con el grado alcohólico natural, que mas o menos es la mitad del grado alcohólico de los vinos que hoy se consumen.

Con este milagro “no piadoso” Yeshua hizo su primera señal, que indicaba su poder sobrenatural, como el Mesías de la promesa.

Juan 2: 13-17“Ahora bien, estaba cerca la Pascua de los judíos, y Yeshua subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, también encontró instalados a los que cambiaban dinero. Entonces haciendo un azote de cuerdas, expulso a todos fuera del templo, con sus ovejas y sus bueyes. Así mismo, desparramo las monedas de los cambistas y volcó sus mesas. Pero, dijo a los que vendían palomas: ¡Quiten esto de aquí! – No hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio. Después, sus discípulos se acordaron que estaba escrito: El celo por tu casa me consumirá”

La ley ordenaba a todo israelita, dondequiera que viviera, que vaya Jerusalén, tres veces al año, para celebrar la Pascua, el Pentecostés y los Tabernáculos. (Lea Deuteronomio 16:16.) La Pascua estaba cerca, y Yeshua subió a Jerusalén, según el mudamiento. Cabe explicar lo siguiente, para entender lo que El hizo cuando llego al templo; por un lado, la ley de Dios, como hemos leído, ordenaba a todo israelita subir a Jerusalén, en estas tres ocasiones, con animales para el sacrificio y con el dinero del templo para pagar el rescate (Lea Éxodo 30:11-16). Por otra parte, como los judíos vivían dispersos en el imperio romano, era casi imposible traer los animales para el sacrificio, desde el lugar donde vivían hasta Jerusalén, así que para cumplir este mandamiento, los líderes de Israel les facilitaron vendiendo estos animales, en los patios del mismo templo. Además, para pagar el recate, instalaron mesas de cambio, para vender el dinero de Tiro a cambio del dinero romano, porque las monedas romanas tenían efigies paganas. El interés por adquirir, tanto animales a buen precio, como las monedas de Tiro, era tal que el patio de los gentiles era como un mercado común. Como resultado, las enseñanzas de los ritos del templo quedaban ocultas, es decir, no se podía discernir, por medio de estos, la misión del Mesías. En otras palabras, la obra de Yeshua quedaba desconocida y era muy difícil que el pueblo sea salvado. Así que, Yeshua limpio el templo, para que los ritos anticipen su sacrificio, así como su mediación, para llevar al hombre al Padre.

Juan 2:18-22 “Entonces los judíos le respondieron, y dijeron: Ya que haces estas cosas, ¿que señal nos muestras? Yeshua les respondió y les dijo: Destruyan este santuario y en tres días lo levantare. - Entonces los judíos dijeron: En cuarenta y seis años fue edificado este santuario, ¿y tú lo levantaras en tres días? Pero, el hablaba del santuario de su cuerpo. Por eso, cuando resucito de los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto; creyeron en la Escritura y en la palabra que Yeshua había hablado.”

Le explico la relación entre la petición de los judíos y la señal que el Mesías les dio. Primero, el templo de los judíos es una figura, o una sombra de Yeshua, el verdadero Templo de Dios. Segundo, cuando Yeshua limpia el templo de Jerusalén, los judíos le piden una señal que indique su autoridad para tal acto, Yeshua les da su muerte y resurrección, como señal, porque con su muerte destruye el cuerpo de pecado, que como todo humano tenia, y resucita con un cuerpo puro, limpio. Es decir, El limpia el verdadero templo con su muerte y resurrección. En otras palabras, la limpieza del templo es una figura de su muerte y resurrección.

Juan 2: 23-25 “Cuando estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, por una parte, muchos tuvieron fe en su nombre, al ver las señales que hacia, pero, por otra parte, Yeshua no tenia fe en ellos, porque les conocía a todos, y no requería que alguien le diera testimonio del hombre, porque El sabia lo que había en el hombre.”

Muchos vieron las señales que hizo en la Pascua, y tuvieron fe en que Yeshua es el Mesías. Sin embargo El no tuvo fe en ellos, porque les conocía, sin necesidad que alguien le dijera. Ahora bien, Alguien preguntara, ¿Por qué Yeshua no cree en los que tuvieron Fe en El? La respuesta es que la Fe viene por el oír la Palabra, y no por ver señales, y ellos creyeron por las señales y no por la Palabra. Ahora, recuerde que la semilla de Satanás esta en todo hombre, solo cuando Dios pone su semilla, que es su Palabra, se cimenta la unión con El, y esta es la fe Bíblica. Surge otra pregunta ¿Entonces, que objeto tienen las señales? Creo que son para atraer la atención hacia Yeshua.

Nota. El capitulo tres de Juan detalla la relación de Fe.

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