Romanos 7:23” Pero veo otra ley en
mis miembros que ataca a la ley de mi mente, y me hace cautivo de la ley del
pecado que está en mis miembros”
Pablo
hallo que en su cuerpo había tres leyes, la primera, la ley que ataca a los diez
mandamientos, la segunda, los diez mandamientos, y la tercera, la ley del
pecado; esta ley que dice que cuando alguien quiera obedecer los mandamientos,
el pecado los rompa. Esta la razón para seguir el camino de la fe y no el de la
ley.
Romanos 7:23” Pero veo “otra ley” en
mis miembros que ataca a la “ley de mi mente” y me hace cautivo de la “ley del
pecado” que está en mis miembros”
Las
tres leyes que el apóstol encontró explica la realidad de que el pecado está
muerto sin la ley, refiriéndose a los diez mandamientos, o a la afirmación de
que la ley (diez mandamientos) nos une al pecado; porque la primera ley ataca a
los diez mandamientos, para hacernos cautivos de la tercera ley, la del pecado.
Romanos 7:25 “Doy gracias a Dios por
medio de Jesús el Mesías, Señor nuestro, porque, por un lado, con el intelecto
sirvo a la ley de Dios, y, por otro lado, con la carne a la ley del pecado”
Pablo
agradeció por que pudo reconocer la sabiduría divina, al definir las
actividades del hombre, mediante los diez mandamientos, aunque no era capaz de
obedecerlos, porque estaba obligado a romperlos, para obedecer la ley del
pecado. En una palabra, el apóstol se conformó a su triste condición
espiritual.
Romanos 8:1 “Por consiguiente, ahora
nadie de los que están en Cristo Jesús es condenado, de los que no andan de
acuerdo la carne, sino de acuerdo al Espíritu”
Entonces,
Dios les da Su Espíritu a todos los que dan importancia a la historia de Jesús
en la cruz. Pero no les da Su Espíritu a los que esperan con su obediencia a la
ley ser aceptados por El. A los primeros
es una realidad que lavo sus pecados en el cuerpo de Su Hijo, en la cruz, a los
otros no es una realidad.
Romanos 8:2 “Porque la ley del Espíritu
de vida en Cristo Jesús te ha liberado de la ley del pecado y la muerte”
El
Espíritu de Dios le hace saber al creyente que le ha liberado de la ley que le
obligaba a romper los diez mandamientos, cuando quería obedecerlos. También, el
Espíritu divino afirma en los pensamientos de este, que EN Jesús fue muerto a
los diez mandamientos, que le unían al pecado, y que ahora está unido a Él.
Romanos 8:3 “Porque la ley era
incapaz (de actuar) en la enfermedad de la carne; entonces Dios envió a Su
propio Hijo en carne semejante a la del pecado, y condeno al pecado en la carne
“
El
apóstol explico que los diez mandamientos son nulos para controlar los
pensamientos y la conducta de los hombres, por el daño que hizo el pecado de Adán
en ellos. Por esto, Dios envió a Su Hijo con una naturaleza caída, como la de
los hombres, para que encierre al pecado EN Su naturaleza caída.
Romanos 8:4 “A fin de que la justicia
de la ley se cumpla en nosotros, los que no caminamos bajo la carne, sino bajo
el Espíritu”
El
Hijo se hizo bajo la ley, o sea bajo las debilidades humanas, para que por
medio de Su vida de misericordia y tolerancia cumpla los diez mandamientos,
para beneficio de los que piensan en Su historia en la cruz, es decir de los
que reciben en sus pensamientos, los pensamientos del Espíritu.
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