El apóstol no quería hacer o pensar lo que él consideraba malo; ejemplo envidiar, enojarse, tener rencor, tener pensamientos de lujuria. Por otro lado, no podía controlar sus pensamientos o sus hechos, por eso estas cosas hizo o pensó, a pesar de que estaba de acuerdo con los NO de los diez mandamientos.
Romanos 7:17 “Así que ahora, no más
soy yo el que lo hace, sino el pecado que reside en mi”
Pablo
reconoció que Jesús le cubrió con Su muerte, por eso estaba muerto a los diez
mandamientos y al resto de la ley. Esta fue la razón por la que dijo que ya no
estaba sujeto, ni era responsable de la actividad del pecado que residía en su
mente.
Romanos 7:18 “Porque sé que no reside
lo bueno en mi carne, es decir en mí.
Porque querer lo bueno me es fácil, pero hacer lo bueno no encuentro que
está en mi”
Dios
revelo a Pablo el evangelio en toda su plenitud; o sea Pablo con autoridad
divina dijo que el evangelio NO le cambio para que acoja lo bueno, y haga lo
bueno. O sea, dijo que el evangelio no cambia al malo en bueno. El evangelio
cubre los pensamientos y obras del creyente con la mente y las obras de Jesús.
Romanos 7:19 “Porque no hago el bien
que deseo, sino el mal que no quiero, eso practico”
El
apóstol se guiaba por el bien, apartándose del mal, siendo los diez
mandamientos la norma. Pero solo desde que conoció la salvación EN Jesús, se
dio cuenta de que guiarse por el bien y el mal, es decir por los diez
mandamientos, había sido un fracaso, porque era un esclavo del pecado.
Romanos 7:20 “Y si lo que no quiero
hacer eso, no soy yo el que lo hace, sino el pecado que en mi habita”
Entonces,
el pecado es un ente espiritual que vive en los pensamientos, en los impulsos,
afectos, sentimientos de todo humano; su fuerza nadie la puede vencer, y hace
en el hombre lo que desea. Pablo encontró que el hombre dejado a si mismo es un
esclavo espiritual.
Romanos 7:21: “Encuentro, como
conclusión una ley: que cuando yo quiero hacer el bien, el mal se presenta en
mi”
El
apóstol hallo que el pecado esclaviza al hombre bajo una ley. Esta ley estipula
que siempre que alguien quiera hacer el bien el pecado actué y obre el mal. Es decir,
cuando un hombre quiera obedecer los diez mandamientos, obra esa ley y rompe el
mandamiento.
Romanos 7:22 “No obstante, dentro de mí
me complazco en la ley de Dios”
Pablo
confeso que los diez mandamientos despertaron en el regocijo, porque le hicieron
consciente de que Dios tenía el propósito de conducirle EN Jesús por un sendero
de pureza y perfección, pero separado, muerto, a los 10 mandamientos, para no
romperlos.
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