viernes, 14 de noviembre de 2014

187. Dios es Amor.

 Juan 3:12 “Si les he hablado lo de la tierra y no creen ¿De qué manera creerán lo del cielo?

El nacimiento por obra de Dios es difícil creer hasta que la mente cede al amor del Padre. Amor que  Jesús muestra en Su vida y que culmina con Su muerte. Así que al  comprender que todo lo que hizo Jesús en la tierra es fruto del amor de Padre al pecador; y cuando  el Espíritu Santo le ayuda al pecador a reflexionar sobre su vida, entonces siente la necesidad de  la intervención amorosa y sobrenatural del Padre, y cree en el engendramiento de lo alto.
Juan 3:13 “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajo del cielo, es decir el Hijo del Hombre que está en el cielo”

El Verbo descendió del cielo para hacerse humano. Pero  estando físicamente en la tierra, no puede estar en el cielo. La única forma es con la mente, sus pensamientos estaban en comunión constante con Dios, y de esta forma Dios el Padre estaba conectado con la humanidad caída mediante Jesús. De modo que le Hijo del Hombre es como una escalera espiritual que une el cielo y la tierra.
Juan 3:14 “Y como Moisés levanto la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre” 

Cuando Dios les retiro la protección a los israelitas en el camino a  la tierra prometida, les atacaron las serpientes que infestaban el desierto; muchos murieron, y pidieron ayuda a Dios. Él le dijo a Moisés que haga una serpiente de bronce, imagen de las que les atacaron, y que la ponga en un mástil, para que todo el que la mire sea sanado. Con esta historia Jesús revelo a Nicodemo que Él debía ser levantado en una cruz  para salvar a todo el que preste atención a Su sacrificio.
Juan 3:15 “Con el fin de que todo el que tenga fe en Él no perezca, sino tenga vida eterna”

Jesús comparo cuando El este en la cruz a la serpiente, en el mástil,  imagen de las serpientes que mataron a muchos israelitas, porque se hará pecado y muerte, al tomar los pecados de la humanidad, y pasara a la historia  expuesto  en la cruz, para que todo el que retenga en sus pensamientos Su sacrificio, reciba la vida, el Espíritu Santo; y  en caso que  muera resucite, para vivir por la eternidad.  
Juan 3:16 “Porque Dios amo de esta manera al mundo: Dio a Su Hijo único, con el fin que todo el que tenga fe en El, no se pierda, sino tenga vida eterna”

Jesús revelo que el motivo del Padre  para enviarle a la tierra fue Su amor al hombre. De las entrañas  de Su ser Le lleno de  compasión, misericordia,  bondad, lealtad  para derramar en nosotros, a fin de que  no terminemos en la muerte, sino que resucitemos para vivir eternamente.  Es decir, no  le motivo a Dios Su aversión al mal para enviar a Su Hijo, sino Su amor compasivo,  para que acabe en la cruz  con el pecado  que nos destruye. 
Juan 3:17 “Porque Dios no envió a Su Hijo con el propósito de condenar al mundo, al contrario, con el fin de salvar al mundo por medios de El”

Los actos que hizo Dios por medio de Su Hijo no fueron para condenar al hombre por sus maldades, sino para derramarle su misericordia y compasión.  Es decir, el Padre no le toma en cuenta al hombre su maldad, al contrario le da Su amor a través de la vida y   sacrificio de Su Hijo, para  perdonarle  los pecados, y  hacerle agente de Su gracia, al que preste atención al sacrificio de Su Hijo.  
Juan 3:18 “El que tiene fe en Él no es juzgado, pero el que no tiene fe ya ha sido condenado, porque no ha tenido fe en el nombre del único Hijo de Dios”

Jesús le explica a Nicodemo que  la salvación es solo por la fe,  y la incredulidad es fundamento de la condenación, en otras palabras, la obediencia,  la piedad personal no ganan la salvación, sino el retener en la mente la historia de Jesús, porque esta historia es como un manto que cubre el mal natural del hombre; por esto,  la condenación no es por la maldad del hombre, sino por no prestar atención a la historia del Hijo de Dios.

 

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