Jesús pide que los
que dan importancia a Sus enseñanzas y actos estén unidos entre ellos, y con la divinidad. La vida y el sacrificio de Jesús es la forma
como el Padre derramo su amor a la humanidad, y este amor es el vínculo que les
une a Él y a Su Hijo. Y en el Espíritu
Santo dado a Jesús y después a los creyentes Dios los une con Su Hijo y con El.
Juan 17:22 “La gloria
que Tú me diste les he dado, a fin de que sean uno, como Nosotros somos Uno.”
El amor del Padre se expresa en otra dimensión al amar a los seres que nunca cayeron, por
ejemplo a los ángeles. Pero Dios le amo
a Su Hijo como ama al pecador, porque Él
se hizo como todo hombre, aunque nunca cayo. Esta es la gloria del Padre. Con este amor Jesús amo al hombre. Entonces,
ya que los de la fe están en la esfera del amor del
Padre, el Señor le pide que sean uno, es decir que estén en comunión, así
como el Padre y El están en comunión.
Juan 17:23 “Yo en
ellos y Tu en MI, para que la unidad este
completa, a fin de que el mundo sepa que Tú me enviaste, y que los
amaste como Me has amado a Mi”
Dios es amor. El amor no puede existir si no se expresa, por
esto Jesús vino para completar el ciclo del amor divino. El hombre natural es
extraño al amor del Padre, pero la vida y el sacrificio de Jesús pusieron al
alcance de toda persona Su amor puro y perfecto, de tal modo que todos los que
presten atención a la historia de Jesús son objeto de este amor, y llegan a ser parte de la unidad divina.
Juan 17:24 “ Padre
quiero a los que me has dado, para que ellos estén conmigo, a fin de que vean
la gloria que me diste, porque me amaste desde antes de la fundación del
mundo”
Jesús le pide al
Padre que los que retienen en sus
pensamientos Su historia le acompañen , mentalmente, mientras oficia como Sumo Pontífice
ante El , en el cielo; además tengan consciencia de Su Majestad, y sean testigos de Su misericordia, compasión, bondad,
tolerancia hacia los de la tierra, para que todos estén cada vez más seguros de
que el amor es la única forma de relación del Dios infinito con sus criaturas,
desde siempre y hasta siempre.
Juan 17:25 “Padre
justo, el mundo no te ha conocido, pero Yo te he conocido y ellos conocieron
que Tú Me enviaste”
El mundo que menciona
Jesús es el de los fariseos, escribas, es el del judaísmo rabínico, no obstante
que eran muy piadosos y religiosos, su virtud no les acerco al Padre, en cambio
los discípulos, judíos comunes que no
pertenecían a las elites religiosas, pero gracias a que dieron oído a las
enseñanzas de Jesús y prestaron atención a sus obras, pudieron creer que el Padre Le envió, y
recibían Su amor misericordioso y compasivo.
Juan 17:26 “Les di a
conocer Tu nombre, y seguiré dándolo a conocer, a fin de que el amor con el que
me amaste este en ellos y Yo en ellos”
El nombre del Padre expresa Su amor al pecador, algo que no
era claro en las escrituras del Antiguo Testamento, pero se despejo esta incógnita
en Jesús, que gracias al amor del Padre fue capaz de ser misericordioso,
tolerante y compasivo con los errados y con los caídos. Por esto el Señor le prometió
al Padre que en el tramo que le falta recorrer hasta Su muerte derramara Su amor hasta en Sus enemigos.
Juan 19:30 “Entonces
cuando Jesús tomo el vinagre dijo: ¡He completado! E inclino la cabeza y entrego el Espíritu”
David profetizo que
le darán vinagre al Mesías, por esto
cuando Él lo bebió, dijo: Consumado esta, anunciando así, que todo lo que los
profetas y los sacrificios de animales
anticiparon Él lo cumplió. En otras
palabras, Jesús nada hizo al azar, todos sus sufrimientos fueron cuidadosamente
planeados, a fin de que muera con los pecados de la humanidad. Por lo tanto, todos ya fueron perdonados, gracias a Su amor
abnegado en la cruz.
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