lunes, 12 de noviembre de 2012

100. Los Dos Caminos: La Fe, La Obediencia a la Ley. (5

Apreciado lector, para obtener mas provecho de estas lecciones, le recomiendo que no las lea de una vez, sino que cada día lea un poco, y complete la lectura en una semana, con el único propósito de que entienda mejor los versículos  
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En el estudio anterior aprendimos como el pecado aprovecha del deseo de obedecer los 10 mandamientos para dar como frutos todo tipo de pecados. Así mismo, vimos que Jesús murió para matar nuestro  pecado en si mismo, a fin de liberarnos de la condenación de los 10 mandamientos.
También vimos que Pablo describió  la acción salvadora de Dios, tomando la función de la ley en el matrimonio, el indico, figuradamente, que cuando muere el marido, del ejemplo de Rom 7, la ley ya no mantiene unida a la viuda al difunto marido, por eso queda libre para casarse con otro.

En esta línea,  el nuevo  esposo figura a Jesús resucitado. Ahora, el matrimonio espiritual con Jesús es también por medio de la ley, ya no de los 10 mandamientos, sino por la ley del Espíritu de vida. En otras palabras por medio de una ley, el creyente queda unido al Espíritu que guio a Jesús por el camino de la obediencia hasta la muerte. Y esta nueva ley es la ley de la fe. Leamos Rom. 8:2 y 3:27:
“Porque la ley del Espíritu de vida en Jesús el Mesías te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte”
“¿Pero, dónde esta la jactancia? Queda excluida. ¿Por cual ley? ¿De las obras?  ¡No! Sino por la ley de la fe.”

Aquí es preciso recordar la explicación de la ley que les hizo Jesús a los escribas y fariseos, registrada en Mat, 23:23:
“! ! Ay de ustedes, escribas y fariseos actores! Que diezman la menta, el eneldo y el comino, pero dejan lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer sin dejar  aquello”

Esta explicación amplia el ámbito de la ley a la fe. Dicho en otra forma la fe es parte de la ley; por esta razón Pablo ensena que la justicia de Dios no es el resultado de la obediencia a  ley de 10 mandamientos, sino a la ley de la fe.

Entonces hay que tener presente  que la ley de la fe  unió al Espíritu  con Jesús.  Porque, al igual que la ley del matrimonio une a una mujer y a un hombre hasta la  muerte, así la ley de la fe unio a Jesús  con el Espíritu , quien le guio en su misión en la tierra. O sea que gracias a Su fe , Jesús  estaba ligado al Espíritu de vida que le llevo hasta la cruz. Mat 4:1, Heb. 9:14:
“ Entonces Jesús fue impulsado por el Espíritu a ir al desierto para ser tentado por el diablo”
“ ¡Cuanto mas las sangre del Mesías, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a si mismo sin macha a Dios, limpiara vuestras conciencias de las obras muertas para servir a Dios!”

¿Cómo beneficia la muerte de Jesús al creyente? El creyente, de manera semejante a Jesús, mediante la fe en que Jesús murió y en El mato el pecado, que es figurado por el marido antiguo, es unido al mismo Espíritu que guio a Jesús. En otras palabras, por la ley de la fe, el creyente recibe el Espíritu del Mesías. Gal 3:1-2, 4:4-6:
“ ¡Gálatas insensatos, ante los ojos de ustedes Jesús el Mesías fue exhibido crucificado! ¿Quién les fascino? Solo esto quiero saber de ustedes ¿ Recibieron el Espíritu por las obras de la ley, o por la fe que proviene de la predicación?
“Así que cuando vino el cumplimiento del tiempo (profetizado)  Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley. Con el propósito que redimiera a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. Y por cuanto somos hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones. El cual clama: Padre.(Abba)”     

Se lee que el Espíritu se une al creyente (como en el matrimonio con Jesús)  cuando este oye la historia de la muerte de Jesús, con atención , para entenderla , y hacerla para si; o sea la recibe. Dicho en otra forma, el        que  oye la historia de Jesús, en la cruz, con  fe, es unido al Espíritu de Jesús.

Un punto adicional, es que gracias a esta fe, somos adoptados hijos del Altísimo, porque  El nos da el mismo Espíritu que guio a Jesús.   
Hay que recalcar que la fe que nos une al Espíritu del Hijo se limita a la historia de Jesús, y no a todas las palabras de la Biblia. Pero no quiere decir esto que solo el relato de la vida, muerte, resurrección y obra de Jesús  como Sumo Sacerdote sea inspirado por el Espíritu de YHVH, porque todas las escrituras son inspiradas por el mismo Espíritu que intervino en la narración de la  obra de Jesús , pero reitero que solo la fe en la historia de  Jesús es la que nos une al Espíritu del Mesías. Rom 10:4-8; 14-17:
“Porque el propósito de la ley (10 mandamientos)  es el Mesías, para justicia de todo el que tiene fe.
Moisés escribe respecto a la justicia que es por la ley (los 10 mandamientos): El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.
Pero la justicia por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo ? ( esto es para hacer bajar al Mesías)  O, ¿quién bajara al abismo? ( esto es, para hacer subir al Mesías de entre los muertos).  Mas bien ¿Qué dice la justicia que es por la fe? Cerca de ti esta la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra  de la fe que predicamos… ¿Por qué como invocaran a Aquel en quien no tuvieron fe? ¿Y como tendrán fe en Aquel de quien no oyeron? ¿ Pero como oirán sin haber quien les predique? Por qué  ¿como predicaran si no son enviados? Como esta escrito ¡ Cuan hermosos son los pies de los que proclaman las buenas nuevas!  Pero no todos obedecieron  las buenas nuevas, por esto Isaías dice: Señor, ¿Quién tuvo fe en nuestra predicación? Porque la fe viene por medio de la predicación, esta es por medio de la palabra del Mesías”

Estos versículos afirman que la fe a la que alude Rom 3:27, y la nos une al Espíritu del Mesías es la que resulta al oír con atención y receptivamente la historia de Jesús el Mesías.     

Además, una vez que estamos unidos al Espíritu de vida de Jesús el Mesías, también  liga  a todos y cada uno de los de esta fe, para formar el cuerpo del Mesías. 1 Cor  12:13:
“Porque con un solo Espíritu fuimos sumergidos en un solo cuerpo, seamos judíos o griegos, seamos esclavos o libres, y  todos fuimos dados a beber  un Espíritu”

En consecuencia, la ley de la fe nos une íntimamente con el Espíritu del Hijo, pero además liga a todos los de la fe, para trabajar armoniosamente, como un cuerpo sano, bajo la cabeza que es el mismo Hijo, el Mesías, prometido.

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