domingo, 18 de marzo de 2012

74. El Evangelio de Juan . Cap. 12, pp.

Juan 11: 45-48 “Muchos de los Judíos que habían venido a ver a María, vieron lo que Yeshua había hecho, y tuvieron fe en El. Pero algunos de ellos fueron a los Fariseos y les contaron lo que Yeshua había hecho. Entonces los principales sacerdotes y los Fariseos convocaron al sanedrín, y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales. Si lo dejamos así, todos van a tener fe en El, y los Romanos vendrán y nos quitaran nuestro lugar y nuestra nación”

Tuvo razón Yeshua al alegrarse por la muerte de Lázaro, porque muchos amigos de María, que vinieron de Jerusalén, tuvieron fe en El, cuando le dio vida a Lázaro. Sin embargo, otros fueron y relataron a los Fariseos este gran milagro del Maestro, ya que querían que estos lideres estén al tanto de todo lo que El hacia. Como era de esperarse, esa noticia les cause mucha alarma a los Fariseos, y olvidando su enemistad con los saduceos, que eran los sacerdotes, se reunieron de emergencia y asustados comentaban la resurrección de Lázaro, y el peligro potencial que Yeshua siga dando vida a los muertos. Ellos preveían que todo el pueblo iba a seguirle como el Mesías prometido, quedando en un segundo plano ellos y el sanedrín. Además, pensaban que el Mesías, cuando venga tomara el reino de Israel, pero primero debía expulsar a los Romanos, por eso temían que estos reaccionen destruyendo el templo, y dispersando la nación.

Juan 11: 49-52 “Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote ese año, les dijo: ustedes no saben nada, ni tienen en cuenta que es mas conveniente que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa, sino que siendo el sumo sacerdote ese año, profetizo que Yeshua iba a morir por la nación. –Y no solo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos-.”

Caifás el sumo sacerdote, ese año, intervino cuando el sanedrín estaba confundido y les dijo que es mejor asesinar un hombre por el pueblo, antes que todos sean pasados por las armas. Estas palabras de Caifás motivaron a Juan, para que bajo el Espíritu de Dios, explicara que esa sentencia era Palabra de Dios, es decir fue una profecía. Ahora bien, merece analizar esta profecía del Sumo Sacerdote: Primero hay que aclarar que la muerte de Yeshua, desde el punto de vista legal, fue un asesinato, porque el sanedrín no Le hizo un juicio, sino determinaron Su muerte, por razones que la ley de ellos no las condena. Segundo, tocante a que un hombre muera POR el pueblo. La palabra griega, traducida “por”, es Uper (híper) que quiere decir “sobre”, en el sentido de protección, tal como esta en este pasaje: Un hombre da la vida para proteger al pueblo de la muerte. Ahora, la idea de protección tiene el mismo sentido de expiación, porque la palabra hebrea traducida expiar es Kapar, que literalmente quiere decir, cubrir, tapar. Sin embargo, la palabra” por”, se la interpreta como “en lugar de”. De esta manera cambia el sentido, y se piensa que Yeshua murió en lugar mío, para que yo no muera, cuando, en realidad El muere para cubrirme con su muerte, como con un vestido; y de esta manera, el mal heredado de Adán queda cubierto por la muerte de Yeshua. Así me hace participe de la salvación en su sangre. Isa 61:10 “…Me ha envuelto en manto de Justicia…” Tercero. Hay que tener presente, que no obstante que Caifás y el sanedrín consideraban a los romanos como los enemigos de los Judíos, pero en realidad su enemigo era su propia mente, porque como en todo hombre- de la mente sale todo el mal que hay en la tierra. Tocante a este mal , hay que reconocer que es casi indestructible, y a mas de esto, todos estamos sometidos a este mal, desde el vientre materno, por este motivo, Yeshua acaba en El toda la sumisión humana al mal que recibimos de Adán Rom 8:3 “..condeno al pecado en la carne”
Así mismo, Caifás se refirió como el pueblo, tan solo a las dos tribus que quedaron y al remanente de las 10 tribus que vivían fuera de Judea, esto es en Palestina. Sin embargo, la muerte de Yeshua también cubre al resto de las diez tribus de Israel que desaparecieron en la historia, y ahora están dispersas en todo el mundo, sin que tengan conocida su identidad como israelitas.

Juan 11: 53-54 “Así que, desde ese día planearon entre si matar a Yeshua. Por eso Yeshua ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraím, y se quedo allí con los discípulos.”

La profecía de Caifás convenció al sanedrín para matar a Yeshua. En otras palabras, la situación de Yeshua era tan peligrosa que le hizo abandonar Judea, e ir a la parte este de Israel para ponerse a salvo de las manos criminales del sanedrín Judío, hasta que llegue su hora: la Pascua.

Juan 11: 55-57 “Estaba cerca la Pascua de los Judíos, y muchos de la región subieron a Jerusalén para purificarse antes de la Pascua. Entonces buscaban a Yeshua, y estando ellos en el templo, se decían unos a otros: ¿Que les parece? ¿Qué no vendrá a la fiesta? Por otro lado, los principales sacerdotes y los Fariseos habían dado ordenes de que si alguien sabia donde estaba Yeshua, diera aviso para que Le apresaran”

Como los Israelitas mataron un cordero, cubrieron con su sangre los dinteles de las puertas y comieron su carne, para estar limpios y protegidos antes que el ángel destructor pase sobre sus viviendas, del mismo modo los judíos se purifican para celebrar la Pascua, por este motivo, muchos de la región donde se encontraba Yeshua, subieron a Jerusalén para limpiarse de las impurezas, antes de la Pascua. Ahora, una vez que esas personas estaban en el templo dudaba que Yeshua venga a la fiesta, porque era público, que las autoridades habían decidido matarle. Por otro lado, las autoridades religiosas, en su afán de apresar a Yeshua antes de la fiesta, ordenaron que cualquiera que supiera donde Se encontraba, les dieran aviso.

Juan 12: 1 “Ahora bien, Yeshua vino a Betania, seis días antes de la Pascua, allí estaba Lázaro, al que Yeshua había resucitado de entre los muertos.”

Yeshua vino desde la región desértica de Israel a Jerusalén para llegar a tiempo para Su Pascua. Pero antes, hace una escala en Betania para visitar a Lázaro, y a sus hermanas. Este era su último viaje a la ciudad amada, y esta era Su última Pascua, ahora las sombras de los ritos pascuales se convertirán en la cruel, pero a la vez gloriosa realidad de su crucifixión y muerte.

Juan 12: 2-3 “Y allí le hicieron una cena, y Marta servía; mas Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con El. Entonces María, tomando unos 300 gramos de perfume de nardo puro, que costaba mucho, ungió los pies de Yeshua y se los seco con los cabellos, y la casa se lleno con la fragancia del perfume.”

Habían transcurrido cuatro días de la estancia de Yeshua en Betania, y Simón, el leproso, le invito a una cena en su honor; estaban también con El sus discípulos, María y sus hermanos. Ahora bien, María quizo mostrar su devoción, gratitud y respeto al Maestro y Le derramo perfume muy fino en los pies, y los seco con su largo pelo, mientras se hallaba recostado, comiendo.- Toda la casa se lleno de la fragancia. Esta es la segunda vez que María unge a Yeshua, la primera vez fue en casa también de un Simón, que era un Fariseo, pero aunque esta invitación le hizo otro Simón, este era llamado “el leproso” y la invitación era en Betania, o sea esta es una ocasión diferente a la de Lucas Cap.7.

Juan 12: 4-8 “Y Judas Iscariote, uno de Sus discípulos, el que Le iba a entregar, dijo: ¿Por qué no se vendió este perfume por 300 denarios y se dio a los pobres? Pero dijo esto, no porque se preocupaba de los pobres, sino porque era un ladrón, y como tenia la bolsa del dinero, sustraía de lo que se echaba en ella. Por esto Yeshua dijo: Déjala, ella lo tenia guardado para el día de mi sepultura, mas a los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a Mi no siempre me tendrán”

A Judas no le pareció bien que María haga este derroche en Yeshua, ya que el perfume costaba el valor de un año de salario de un obrero, sin embargo, dos eran sus razones fundamentales para criticar a la mujer: una, no valoraba a Yeshua, y dos, sintió que perdió la oportunidad para apoderarse de parte del dinero que podría obtenerse al vender el perfume, en lugar de ungir a Yeshua. En cambio, el Maestro estimo la acción de María, y revelo que ella tenia fe en los anuncios que El había hecho de su muerte trágica, por esto , aunque ella tenia reservado ese perfume para derramar en su cuerpo, después de muerto, no obstante, se adelanto y ungió a su Maestro en vida.

Juan 12:9-11 “Entonces la gran multitud de Judíos se entero que Yeshua estaba allí; y vinieron no solo por causa de Yeshua, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. A pesar de esto, los principales sacerdotes resolvieron también matar a Lázaro, porque por causa de el, muchos de los Judíos se apartaban y tenían Fe en Yeshua.”

El gran milagro de Yeshua despertó un interés genuino en muchísimos Judíos- y no era para menos- y vinieron a Betania para ver con sus propios ojos a Lázaro el que había vuelto a vivir. Este interés resulto en que muchos Judíos tuvieron Fe en Yeshua. Por otro lado, los sacerdotes, en Jerusalén, estaban atentos al efecto de este milagro, y constataron que muchos Judíos se apartaron de la fidelidad a ellos y fueron tras Yeshua. Por este motivo decidieron no solo matar a Yeshua, sino también a Lázaro.

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