viernes, 20 de enero de 2012

67. Evangelio de Juan. Cap. 8 pp.

Juan 8: 1 “Sin embargo Yeshua se fue al Monte de los Olivos”

Algunos estudiosos de las escrituras piensan que los primeros once versículos del capitulo ocho no corresponden al estilo de este evangelio, además, dicen que tampoco constan en algunos manuscritos antiguos; no obstante, otros eruditos afirman que como estos versículos si se encuentran en el manuscrito D, que también es antiguo, por lo tanto, si son parte de este capitulo del evangelio de Juan. Por otro lado, el tema desde el versículo 12 concuerda con el perdón de gracia a la mujer adultera, y así se evidencia que este pasaje esta donde debe estar, en este evangelio.

Juan 8: 2-9 “Al amanecer, vino nuevamente al templo, y todo el pueblo venia a El; y sentándose les enseñaba. Por otro lado, los escribas y los Fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio, le dijeron a Yeshua: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio; y Moisés, en la Ley, nos ordeno apedrear a esta clase de mujeres. ¿Pero, Tú que dices?
–Decían esto, poniéndole a prueba a Yeshua, para tener de que acusarle- a pesar de esto, Yeshua se inclino y con el dedo escribía en la tierra. Pero como insistían en preguntar, Yeshua se enderezo y les dijo: El que de ustedes este sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra. Se inclino nuevamente y escribía en la tierra. Ellos, al oír, se retiraron uno a uno, comenzando por los de mayor edad, y les dejaron solos a Yeshua y a la mujer que estaba en medio.”

Si los hechos del capitulo ocho siguen cronológicamente a los del siete, entonces el octavo día- es decir, el día siguiente al séptimo de la fiesta de los Tabernáculos - Yeshua vino al templo y se sentó para enseñar, junto a la zona de las mujeres, a lado del sitio llamado para el Tesoro. Entonces los dirigentes judíos, con el fin de encontrar algo par acusarle, le trajeron una joven comprometida para casarse, atrapada en un acto adultero, con el fin de poner a Yeshua entre la espada y la pared, al decirle: La ley de Moisés ordena lapidar a las adulteras, ¿y cual es tu opinión al respecto? Sin embargo, Yeshua les escucho y se agacho para escribir con su dedo en la tierra. A pesar de esto, continuaron preguntándole, entonces Yeshua se enderezo y les respondió: el que este sin pecado apedree a esta mujer; y nuevamente siguió escribiendo. O sea, Yeshua les dijo que el que no tenga la semilla de Satanás, apedree a la adultera. Ahora, respecto a lo que Yeshua escribió en la tierra, la profecía de Jeremías 17:13 anticipa que los que abandonan a Yahweh , que es el agua que los purifica, serán avergonzados y los que se alejan de de El serán escritos en la tierra. “Oh Yahweh mikvah de Israel, todos los que te abandonan serán avergonzados. Y los que se apartan de ti serán escritos en la tierra” Le aclaro que la palabra hebrea MIKVAH - en el lenguaje religioso judío - significa agua bautismal. Es decir, Yeshua les recuerda esa profecía a esos dirigentes judíos, y les culpa de no dar importancia a la advertencia de esta profecía, es decir no dan valor a Su obra salvadora, por esto El escribe sus nombres en la tierra. En otras palabras, les acusa de que por no lavar sus pecados en El, son culpables, y por este motivo se sienten convictos y se retiran uno a uno. De esta forma, renuncian a condenar a esa mujer. Por otro lado, los Fariseos querían demostrar que Yeshua , o, esta en contra de la Ley de Moisés, si no condena a la mujer , o, si la culpa, toma atribuciones que solo los romanos tienen, y por eso debe ser castigado por Pilatos, pero fracasan en su intento.

Juan 8:10-11 “Enderezándose Yeshua le dijo: Mujer, ¿Dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado? Ella le respondió: Ninguno, Señor. Entonces Yeshua le dijo: Yo tampoco te condeno. Vete; y desde ahora no peques mas.”

Cuando los Fariseos y escribas se retiraron Yeshua se irguió, y primero le hizo notar a la joven, que ya no estaban sus acusadores, y luego le anuncio –oficialmente- que la Divinidad tampoco le condena, y además, le ordeno que no peque mas. Es admirable notar que Yeshua esta dispuesto a perdonar los pecados, tanto los más graves, como los no confesados, fundamentándose en Su gran sacrificio. Esta verdad es la revelación de que Dios mira los pecados humanos como los frutos de la semilla que Satanás puso en la raza humana , por decreto divino . En otras palabras, la adultera fue justificada como anticipo de la manifestación de la Justicia de Dios.

Juan 8:12 “ En la misma línea, Yeshua les hablo otra vez diciendo: Yo soy la Luz del mundo; el que Me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida”

Yeshua se refiere a si mismo como la Luz del Mundo, porque alumbra la remisión de los pecados, por la gracia para el pecador; y este anuncio lo basa en el perdón a la adultera. Además, revela que el que le sigue tendrá iluminación- que es las enseñanzas y la obra de Yeshua- que el Padre puso a disposición de los hombres, en esta vida. Ahora, la condición para tener continuamente la revelación del Padre es seguir a Yeshua. Le explico lo que significa seguirle: Primero, acompañarle mentalmente al calvario y segundo , seguirle también con el pensamiento al Templo celestial , donde ahora sirve como Sumo Sacerdote.

Juan 8:13-18 “Entonces los Fariseos Le dijeron :Tu das testimonio de ti mismo, por eso Tu testimonio no es valido. Yeshua les respondió: Aunque yo doy testimonio de Mi mismo, Mi testimonio es verdadero, porque Yo se de donde he venido, y adonde voy; pero ustedes no saben de donde vengo, ni adonde voy.- Ustedes juzgan según la carne; pero Yo no juzgo a nadie, pero en el caso que Yo juzgue, Mi juicio es verdadero; porque Yo no soy solo, sino Yo y el Padre que me envió. Y aun en la ley de ustedes esta escrito, que el testimonio de dos hombres es verdadero, por esto Yo soy el que doy testimonio de Mi mismo, y el Padre que me envió da testimonio de Mi”

Los Fariseos, ignorando el perdón a la adultera, desconocen que El es el que revela el amor del Padre al pecador, por eso Le dicen que lo que afirma de Su obra y de sus palabras no vale, porque El habla de si mismo. Yeshua les refuta indicando que El confía en la validez de lo que hace y dice de si mismo, porque su obra y sus palabras se originan, en primer termino en el Padre, y en segundo, en la ley de Moisés, y así mismo, conoce, por el Padre y por la Torah, su destino: la cruz y el Templo del cielo. - Al mismo tiempo, les señala que ellos ignoran lo que la ley de Moisés enseña de Su misión. Del mismo modo, les aclara que aunque no actúa como juez, porque no vino a juzgar sino a salvar, no obstante , en el caso del perdón a la adultera, no juzgo solo, sino en unión con el Padre. Finalmente, les explica que la ley de Moisés requiere que haya el testimonio de dos hombres para ser verdadero, entonces sus palabras son veraces porque El tiene el testimonio del Padre y el suyo propio, y así esta en armonía con la ley. Un punto adicional, respecto a que es necesario el testimonio de dos hombres para sea verdad , lo dicho; en este caso, El Padre y El mismo son los que dan testimonio- Así el Maestro revela que Ellos son Dos Personas.

Juan 8:19-20 “Entonces Le decían: ¿Dónde esta Tu Padre? Les respondió Yeshua: Ustedes no Me conocen a Mi, ni a Mi Padre- Si Me conocieran, conocerían también a Mi Padre- Estas palabras las pronuncio en el tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie le prendió, porque todavía no había llegado Su hora”

Los lideres religiosos judíos creían saber el origen humano de Yeshua, pero cuando El se refiere al Padre, ellos intrigados, le preguntan : ¿Dónde esta tu Padre? El Maestro les responde, que ellos no le conocen- refiriéndose, nuevamente, a Su misión, como esta descrita con símbolos y figuras en los libros de Moisés, y directamente en los Profetas- y que por lo tanto no conocen al Padre, Quien es El que anticipo Su obra en las escrituras. Entonces, el conocer al Padre- mediante la obra y las palabras del Hijo- esta íntimamente ligado a la comprensión de la Ley, los Profetas y los Salmos. En otras palabras, los judíos no podían conocer al Padre, por dos razones: Una, porque dependían de las interpretaciones que sus maestros hacían de las escrituras, y dos, porque Dios había endurecido la mente de sus maestros, para que no entendieran pasajes de las escrituras, que revelan la obra del Mesías, como el caso de Isaías 53.

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