domingo, 17 de abril de 2011

34. Hebreos 4:10-16

Hebreos 4:10  “Porque el que entra en este descanso, el descansa de sus obras, como Dios de las suyas” En el reposo semanal,  el que guarda el sábado, deja de hacer sus labores ordinarias, diarias, ilustrando que el que entra en el reposo de Dios suspende sus obras, las obras de la carne, Gal 5:19-21 “Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos rivalidades, disensiones, herejías, envidias, borracheras, orgias, y cosas semejantes…” Estas cosas, tan comunes a nosotros, se llaman obras de la carne, porque  son las obras que practicamos los humanos. De estas obras descansamos al entrar en el descanso de Dios. Pero aquí vemos dos problemas: Uno, no hay como hacer obras buenas mientras una persona está viviendo como un humano común. Jer 13:23 “¿Puede el etíope cambiarse su piel, o el leopardo sus manchas?  Así ustedes ¿podrán hacer el bien, estando acostumbrados a hacer el mal?-  Y dos,  las obras humanas o de la carne, permanecen  desconocidas, escondidas a la conciencia humana, Jer. 17:9  “Mas engañoso que todo es el corazón. Y  no tiene remedio, ¿Quién lo conocerá? “  La respuesta a esta pregunta es que solo Dios conoce la maldad humana Jer. 17:10 “ Yo Yahweh escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras” Uniendo estas dos realidades, para entrar en el descanso de Dios, primero tenemos que saber cuáles son nuestras obras, y esto solo es posible por revelación divina, porque solo el altísimo escudriña nuestro corazón, y examina nuestros pensamientos, y  segundo, debemos recordar  que Dios no nos pide hacer el bien, sino solo que descansemos de hacer el mal. O sea, que  vengamos a Yeshua y le entreguemos nuestras obras, las obras de nuestra carne.

Hebreos 4:11 “Estén ansiosos para entrar en el descanso, a fin de no copiar esta desobediencia” Por otro lado, viviendo cada día los frutos que dan las obras de la carne, el consejo “estén ansiosos para entrar en el descanso” es lo más lógico. Desde otro ángulo, recordemos que no podemos conocer la amplitud de nuestra  maldad, entonces la ansiedad para entrar en el reposo divino solo puede ocurrir cuando  Yahweh, el que conoce nuestros corazones, nos la revele.

Hebreos 4:12-13 “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y es mas afilada que toda espada de dos filos; y penetra hasta la división del alma y el espíritu, hasta las articulaciones y medulas, y  discierne todas las deliberaciones e intentos del corazón. Y no hay criatura invisible delante de la Palabra, todo está abierto y desnudo a los ojos a quien debemos dar cuenta” Le reitero, para reposar de nuestras obras,  la Palabra de Dios debe hacer su obra en nuestro corazón, que  es darnos la revelación de nosotros mismos. Con este objetivo,  leemos que la Palabra de Dios es viva y activa y penetra hasta los límites de nuestra alma y  espíritu. En otras palabras,  descubre toda trama y  plan de nuestra mente, porque todo lo nuestro está expuesto ante ella. Ahora, no pensemos que Dios nos da su palabra para avergonzarnos, sino para elevarnos, es decir, para darnos en su hijo, el reposo y la paz.

Hebreos 4:14-16 “Por consiguiente, teniendo tan gran Sumo Sacerdote que  vino a través de los cielos, Yeshua el Hijo de Dios, aferrémonos a  nuestra confesión, porque no tenemos un Sumo Sacerdote  que no tenga poder para simpatizar con nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo, como nosotros, pero sin pecado; por consiguiente acerquémonos con arrojo al trono de la gracia, a fin de recibir misericordia y hallar gracia para ayuda apropiada” Mediante  el sacerdocio de Yeshua y el ministerio de la Palabra entramos en el descanso divino. Me explico, en el ser humano el mal  es  descubierto por la Palabra de Dios para que entre en el reposo de Dios, pero para que ese reposo sea real, o sea, para que no practique más el mal, se necesita al Sumo Pontífice Yeshua.  En esta línea, los servicios del santuario terrenal indican que un israelita podía acceder al Sumo Pontífice, para ser representado por este, solo mediante un animal sacrificado. O sea, cuando una persona entrega todo su mal a Yeshua para que sea destruido por su sacrificio, ya tiene un representante ante Dios: Yeshua.  En otras palabras, cuando una persona se une a Yeshua en su sacrificio ya tiene un intercesor ante el Padre.

Por consiguiente, por el Sacerdocio de Yeshua podemos vivir el reposo de Dios.  Col 1:22 “En su cuerpo de carne, por medio de su muerte nos mantiene santos y sin mancha, e irreprensibles delante de el”  Es decir, Yeshua Sumo Pontífice, día a día, nos cubre con su muerte, nos comparte su sacrificio para mantenernos santos, sin mancha e irreprensibles en su presencia. La palabra reitera en  Judas 24” Pues el que tiene poder para el mismo guardarnos sin caída y afirmarnos delante de su gloria, sin mancha y con gran alegría””Por consiguiente acerquémonos con arrojo al trono de la gracia a fin de recibir misericordia y hallar gracia para ayuda apropiada”

Por esto termino esta lección citando Judas 24 “Solo Dios es sabio, es nuestro salvador, a Él la gloria y la majestad, el domino y la autoridad,  ahora y por todas las épocas. Amén”    

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