martes, 14 de enero de 2014

145. Dios es Amor: No libra del remordimiento


Exo 34:7

“…pero de ningún modo tiene por inocente al culpable…”

 

La palabra hebrea “inocente” es traducida del hebreo “naqa” Esta palabra  tiene un sentido amplio, y literalmente es  ”el tramo entre la caída y el castigo”, es decir el remordimiento es  el desasosiego, la inquietud, sinsabor, disgusto, desazón que se siente después de haber pecado.

Entonces, al tener en cuenta el significado amplio de “naqa” se halla que el remordimiento tan dañino al cuerpo y a la mente, El Padre lo acaba con el castigo. Por este motivo, también Jesús sufrió los azotes, y la crucifixión. 

Resulta de esto que aun el castigo del Padre es una expresión de su amor a los hombres.

 

Lev 7:1-5

“La ley de la culpa es santísima, y es esta: …degollara la victima por la culpa y derramara su sangre sobre y alrededor del altar. También ofrecerá su grasa, la los riñones e hígado. Luego el sacerdote la hará arder sobre el altar. Esta es la ofrenda por la culpa”

 

La palabra hebrea “ashem” traducida “culpa” significa literalmente: la “unidad” que forma “la caída, el remordimiento y el castigo” Es decir,  el remordimiento y el castigo siguen al pecado.

Con este sacrificio Dios ensena, por medio del animal sacrificado,  que Jesús  cargara el pecado,  el remordimiento,  y sufrirá el castigo.

 El Salvador  cargo los pecados, y sintió el desasosiego, el disgusto, el sinsabor que causan los pecados, también sufrió la muerte clavado en la cruz, para que no seamos presa del remordimiento y del castigo, por nuestras caídas.

 

Isaías 53:10

“Yahveh se conformó en aplastarle para que sufra la angustia mental de los hombres.

Si  pone su vida como ofrenda por la culpa, será la semilla que se prolongue por anos.

Deleitara a Yahveh que gracias a Él alcanzara su propósito”

 

El propósito de Dios de salvar a la humanidad del pecado,  remordimiento y del castigo, lo anticipo  por los sacrificios, y lo aclaro por los profetas.

El Padre  dejo que Jesús sea azotado y  clavado en la cruz,  después que cargo los pecados en el  Getsemaní, para que  sufra el remordimiento, es decir  la angustia mental de todo pecador, antes de morir.

El sufrimiento y la muerte de Jesús es  la semilla del amor divino, que se siembra en los que tengan fresca la historia del Salvador en sus mentes.

 

1 Samuel 31:4

“Dijo Saúl alza tu arma y traspásame…pero su escudero no quiso porque estaba aterrorizado. Entonces Saúl tomo su arma y se arrojó sobre ella”

 

Saúl fue el primer rey de Israel, recibió el Espíritu Santo para gobernar. Pero no tomo en cuenta las instrucciones de Dios en el manejo de su reino. Por esto sufrió crisis profundas de remordimiento, además no valoro el significado del sacrificio por el ”pecado, remordimiento y castigo” Por esto ,el diablo le hizo creer que Yahveh le había abandonado, así que desesperado se suicidó.

De Saúl se aprende que el remordimiento es progresivo hasta llegar a la desesperación. Pero Jesús fue azotado, crucificado y murió, para eliminar el remordimiento y el castigo  que nos corresponde.

 

Mat 27:3,5.

“Entonces Judas, el que le entrego, viendo que le habían condenado, lleno de remordimiento, devolvió las treinta piezas de plata…se marchó de allí y se ahorco”

 

Judas pensó que con  inteligencia podía manejar a Jesús, por esto le  traiciono para forzarle a declararse rey de Israel.

Las enseñanzas del Maestro poco efecto  hicieron en Judas, y más pudo su ambición de llegar a ser el consejero del rey Jesús. Pero cuando vio que las cosas se fueron de sus manos y que El Señor iba ser ajusticiado, arrojo el dinero, y sintiéndose abandonado de Dios, se suicidó.

Pero la desesperación, efecto del remordimiento, no  es  para los que retienen en su mente la historia de Jesús, porque siempre  sentirán Su Presencia amorosa que los sostiene, guía y protege.

 

Mat 27:46

“Y alrededor de las tres de la tarde, Jesús grito con voz  fuerte…Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me abandonaste? “

 

Jesús cargo los pecados del hombre y sintió el remordimiento, fruto natural de estos;  este fue en aumento hasta que  desesperado grito que Dios le había abandonado.

Esta es la obra del tentador: presiona al hombre a pecar, y una vez que lo logra, entonces siembra en su mente la idea que Dios le ha abandonado.

Él quiere deformar la conducta de Dios con el hombre, o sea  que piense que Dios le  exige que no peque, pero cuando cae, le abandona.

El sacrificio de Jesús muestra lo contrario; cuando el hombre cae, el Padre  ve la oportunidad para darle el amor de Su salvación.

 

Jer 30:11

“Revelación de Yahveh: Yo estoy contigo para salvarte… pero de ningún modo  te tendré por inocente,  más bien de corregiré en justicia  para limpiarte”

 

Yahveh no tiene por inocente al culpable, por esto Su amor salvador no soslaya el daño que los pecados hacen en los pecadores, al contrario lo repara, limpiando al pecador, mediante la disciplina.

Así el Padre disciplino a Jesús, por más de treinta años, duración de su vida en la tierra, como se lee en Heb 5: 8 “Aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia”

Necesito la disciplina, no como el Verbo, sino, porque al hacerse hombre, asumió todas nuestra debilidades y fallas.

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