En el versículo 9 leímos que Yeshua fue coronado de honra y gloria, como resultado de su muerte, así mismo, fue calificado para gobernar el mundo gracias a su sacrificio. Y todo esto fue posible por el amor del Padre a la humanidad.
Siguiendo con este capitulo, se aprende que el Padre tuvo otras razones para pedir al hijo tan gran sacrificio. Heb 2:10-13 “Resalta la razón que tuvo a Quien es todo, por Quien es todo, y Quien lleva muchos hijos a la gloria, para perfeccionar al autor de la salvación de ellos mediante el sufrimiento. Porque tanto el que santifica y los que son santificados, todos son de UNO (del Padre), por este motivo el (Hijo) no se avergüenza de llamarles hermanos, diciendo: Anunciare Tu Nombre a mis hermanos, en medio de la congregación cantare tus himnos.- Así mismo, nuevamente dice: Yo seré persuadido de Yahweh y esperare en Yahweh, y diré: He aquí Yo y los frutos que Dios me ha dado” este pasaje indica otra razón que tuvo el Padre para someter a Yeshua al sufrimiento de la muerte es que debía ser hecho perfecto para santificar a los de la fe. Recuerde que Yeshua como humano debía aprender a obedecer al Padre en el libro del sufrimiento.- En otras palabras, Yeshua por medio del dolor que sintió fue hecho perfecto. Por otro lado, santo significa que tiene relación, o pertenece a Dios. O sea, Yeshua debía santificar a los creyentes, es decir unir los fieles a Dios mediante su sacrificio, es decir, por su muerte en la cruz les ligo con Dios a los de la fe. Por esto, Yeshua y los creyentes pertenecen al Padre, y así ellos son hechos hermanos de Yeshua.
Entonces los fieles son hermanos de quien el Padre dice: ¡Oh Dios¡ Admira que los salvados son elevados a ser familia de Yeshua, el creador que sostiene todo con su palabra. Por otro lado, el versículo 13 afirma que la salvación se origina en el Padre, por esto dice Yeshua: seré persuadido de Yahweh, para pasar los horrores de la muerte. Y como fruto de mi sacrificio podre presentarme ante el Padre con los que he salvado.
También, otra razón por la que el Padre sometió al sufrimiento de la muerte a Yeshua esta en Hebreos 2:14-16 “Entonces, ya que los hijos participan de la carne y la sangre, el (Yeshua) igualmente participo de lo mismo a fin de que por medio de su muerte destruya el poder de la muerte que tiene el diablo, y así libere a todos ellos que temen la muerte y que toda su vida son sometidos a esclavitud.- Así mismo, es notorio que el Padre tomo a cargo a la simiente de Abraham para liberarles , y no a los ángeles ” Vemos que otro motivo por el que el Padre pidió a Yeshua que muera en la cruz es para que le quite al diablo el poder sobre la muerte y libere a los fieles del miedo a morir. Pero note que para poder liberar a los fieles del miedo a la muerte, Yeshua debía ser un hombre verdadero, como cualquiera de nosotros, o sea debía estar bajo la ley de la herencia de su madre, así como nosotros estamos bajo la herencia de nuestros padres, por esto Yeshua es cabeza de la simiente de Abraham, y no de los ángeles. En esta línea, Yeshua debía ser hombre como nosotros, sujeto a tentaciones para vencer el poder del diablo que se asienta en la carne, es decir en la corrupción que heredamos de Adán por medio de nuestros padres.
También el Salvador debía ser hombre verdadero como indica Hebreos 2:17-18 “Por esto debía ser hecho semejante en todo a sus hermanos, para que llegue a ser Sumo Pontífice fiel y misericordioso delante de Dios, para expiar los pecados del pueblo . Ya que sufrió siendo tentado es capaz de socorrer a los que son tentados” Los descendientes de Abraham son el objeto de la salvacion del Padre, entonces Yeshua debía ser hecho igual a sus hermanos para que pueda representarles delante del Padre, en el cielo, como Sumo Pontífice, así mismo para que pueda expiar sus pecados, o sea cubrirles con su sangre, esto es su muerte. Además, Yeshua fue hecho igual a sus hermanos para estar junto a ellos en toda tentación, ya que el sabe vencer toda tentación porque sufrió siendo tentado.
En resumen, Yeshua fue hecho semejante a nosotros, primero para librarnos del miedo a la muerte, segundo para llegar a ser nuestro Sumo Pontífice delante de Dios en el cielo, y cubrirnos con su sangre, y tercero para darnos la victoria en toda tentación.
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